BURGOS: Diez años para realojar a los habitantes gitanos de «El Encuentro»

 El Ayuntamiento tardará diez años para realojar a los habitantes gitanos de «El Encuentro»

El otro poblado gitano de la ciudad, Bakimet, desapareció también tras una década de trabajo: desde que arrancóel Plan Dual, en 1997, hasta que todas las familias tuvieron una vivienda normalizada, lo que ocurrió en 2006

 

Imagen de las viviendas prefabricadas que elAyuntamiento instaló en El Encuentro en 1993/Valdivielso

Por: Angélica González – Burgos – 15/08/2009

La desaparición del poblado gitano de El Encuentro, ubicado en la carretera de Quintanadueñas, es una prioridad absoluta para el área de Acción Social del Ayuntamiento. El propio alcalde, Juan Carlos Aparicio, se comprometió a ello ante los vecinos durante la anterior campaña electoral, pero la realidad social que representa este entorno y las dificultades que entraña el proceso de realojo -desde económicas hasta comportamentales- hace que no sea una tarea sencilla. Más bien al contrario. Así, desde el departamento que dirige la edil María José Abajo se calcula que no se tardará menos de una década en que desaparezca.

En la actualidad viven allí de forma estable unas cuarenta familias (hay otras cuatro o cinco que lo hacen en periodos intermitentes) y el ritmo al que se van realojando es de unas cuatro por año, aproximadamente. En lo que va de 2009, el Programa Municipal de Erradicación del Chabolismo y la Infravivienda en Burgos, más conocido como Dual y que gestiona la Fundación Lesmes, ha registrado cuatro reubicaciones en pisos normalizados, tres de ellas de familias de El Encuentro.
 
Esta previsión de futuro no resulta descabellada si se tiene en cuenta que fueron prácticamente diez años lo que se tardó en terminar con Bakimet, el otro gueto gitano (éste en la carretera de Valladolid), desde 1997 en el que se puso en marcha el Programa Dual hasta 2006 en el que se tiró por tierra la última ‘edificación’. Una década de trabajo intensivo, sobre todo educativo, con todas y cada una de las familias. Desde Acción Social se considera que la experiencia -salvo dos o tres fracasos que califican de ‘clarísimos’- ha constituido un éxito.
 
Fue el Ayuntamiento quien levantó el poblado de El Encuentro en el año 1993 con la optimista intención de que no permaneciera más de cinco años. En aquel momento se construyeron 25 casas prefabricadas para los habitantes de Las Tejeras, otro núcleo chabolista en la antigua carretera del cementerio junto a la casa cuartel de la Guardia Civil, que se desmanteló debido al crecimiento urbanístico de la zona. Dieciséis años después siguen esas 25 viviendas (en las que se apañan 29 familias) y online casinos 15 chabolas construidas por los propios vecinos para adaptar el barrio al vertiginoso crecimiento de la población.
 
Estas ‘autoconstrucciones’ (como se las denomina en el lenguaje políticamente correcto de los servicios sociales) son echadas abajo por el Ayuntamiento cada vez que una familia pasa a una vivienda normalizada. En la Fundación Lesmes se reconoce que el ritmo de realojos que se ha llevado hasta ahora con El Encuentro ha sido lento y lo explican porque todos los esfuerzos hasta hace poco han estado centrados en Bakimet, algo que ha cambiado hace un par de años, sin olvidar a las otras familias que también forman parte del Dual.
 
Y es que no solo los poblados gitanos son el objeto de trabajo de este plan municipal de erradicación del chabolismo sino que hay muchas personas que no viven en las mejores condiciones aunque lo hagan en el centro de la ciudad. A estas casas antiguas y destartaladas se las conoce como ‘infraviviendas’ porque no reúnen las mínimas condiciones de habitabilidad, y se encuentran mayoritariamente en las calles del centro (La Puebla, Fernán González, Cabestreros…) y algunas zonas de Pisones o de San Pedro y San Felices. En la actualidad 40 familias de estos barrios esperan su realojo.
 
La inclusión en el Programa Dual es voluntaria. Las personas se comprometen a cumplir unas condiciones pactadas con el educador (hay uno por familia) y tienen que ver con sus características: pueden ser educativas, higiénicas, laborales, de formación, etc. En El Encuentro se encarga de la labor educativa y del seguimiento permanente de las familias la Asociación Promoción Gitana a través de un convenio con el Ayuntamiento.    

Fuente: Diario de Burgos

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