YOSKA BIMBAY – Nomadismo, desplazamiento forzado y reparación colectiva

Nomadismo, desplazamiento forzado y reparación

 colectiva

 Algunos apuntes introductorios sobre el caso del pueblo Rrom

 Por:  YOSKA BIMBAY

 “Nuestros desplazamientos derivados del conflicto armado no aparecen ni siquiera en las estadísticas. Los muertos que nuestro pueblo ha puesto a causa de las guerras nunca cuentan para nada. Nuestros desaparecidos por las guerras siguen silenciados. La precarización creciente de nuestros niveles de vida producido por las violencias pasa totalmente desapercibida”

                                         

En Colombia se principia a reconocer, al menos teóricamente, que el conflicto armado interno ha generado graves impactos sobre el pueblo Rrom. Entendemos que este reconocimiento, ciertamente aún muy precario, es un primer paso para que el Estado colombiano piense seriamente en la posibilidad de incluir al pueblo Rrom dentro de sus programas de reparación colectiva y de reparación simbólica.

Se hace la anterior afirmación principalmente a partir de lo expresado en un documento elaborado por la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) en el cual, al referirse a los sujetos de la reparación, explícitamente menciona con nombre propio al pueblo Rrom. Sobre el particular puede leerse “que la reparación tenga en consideración [a] a los grupos especialmente vulnerables tales como las comunidades y pueblos indígenas, las comunidades afrodescendientes y el pueblo R[r]om<!–[if !supportFootnotes]–>[1]<!–[endif]–>. Si bien la alusión, dentro del contexto del documento, es bastante periférica, entraña para el pueblo Rrom una enorme importancia, ya que puede verse como un saldo a favor en el proceso de reconocimiento de sus derechos colectivos.

Así mismo en un importante estudio de la Procuraduría General de la Nación<!–[if !supportFootnotes]–>[2]<!–[endif]–>, dado a conocer en junio de 2007, en el cual se expresan criterios para abocar la reparación colectiva e integral de los grupos étnicos, el pueblo Rrom es incluido como uno de los sujetos colectivos que hay que tener en cuenta.

El que el pueblo Rrom, de manera adecuada a su opción civilizatoria, sea tenido en cuenta en los procesos de reparación colectiva y de reparación simbólica, en similares circunstancias que los pueblos indígenas, afrodescendientes y Raizal, es una apuesta política que sin ninguna duda señala un camino para hacerle justicia histórica a un pueblo que ha sido excluido consuetudinaria y sistemáticamente de las políticas públicas y los programas sociales gubernamentales.  

Pese ser invisible para el conjunto del país, el pueblo Rrom trágicamente si alcanzó a ser visto por los actores armados, tanto ilegales como legales, los cuales con la vorágine de violencia política que desencadenaron, lo impactaron de manera negativa en su integridad étnica y cultural.

Sin ser un inventario exhaustivo y solo de manera indicativa puede decirse que entre los principales impactos que el conflicto armado interno ha ocasionado en el pueblo Rrom están los siguientes:

Se configuraron territorios del país en los que los Rrom ejercían sus actividades económicas tradicionales, a los cuales por miedo –ya sea derivado efectivamente de factores objetivos o fundado en factores subjetivos–  ya no circulan o no lo hacen con la frecuencia e intensidad con que antes lo hacían. Varios patrigrupos familiares, atemorizados por las acciones de los grupos paramilitares que constantemente los extorsionaban a cambio de dejarlos trabajar o abiertamente les robaban sus mercancías y productos, optaron por bajar la intensidad, amplitud y frecuencia de su itinerancia, hasta casi reducirla a la mínima expresión, con lo que redes y rutas que pacientemente se habían construido en ejercicio de la itinerancia ancestral quedaron desactivadas. Esta situación ha sido asumida por algunas kumpeniyi, asociaciones de patrigrupos familiares Rom, como una suerte de confinamiento, que al impedir la movilidad ha redundado negativamente en sus actividades económicas tradicionales. Paradójicamente, mientras el número de desplazados en el país ha crecido vergonzosamente de un tiempo para acá, los Rrom que por su naturaleza se desplazan de un lugar a otro, no lo han podido hacer como antaño lo hacían.

La amplia movilidad geográfica del pueblo Rrom, imprescindible para la realización de sus principales y más importantes actividades económicas, al ser de hecho notablemente constreñida, devino bien pronto en una creciente precarización económica de sus patrigrupos familiares lo cual tuvo como correlato inmediato también su alarmante empobrecimiento sociocultural, entre otras razones debido a que la disminución del flujo de los ingresos monetarios requeridos para el cumplimiento de ceremonias y rituales inherentes a su vida cultural, sobre todo aquellos relacionados con lealtades, prestigio y estatus, ocasionaron quiebres y debilitamientos en varios aspectos de sus valores identitarios.

Sin duda alguna no debieron ser pocos los desplazamientos no voluntarios realizados por algunos patrigrupos familiares a consecuencia del conflicto armado interno que equivocadamente fueron explicados y comprendidos, tanto por las instituciones nacionales como por la sociedad mayoritaria, a partir de la tradicional itinerancia que ha caracterizado al pueblo Rrom. Es así como varios de los casos de desplazamiento forzado de los que fueron víctimas distintos patrigrupos familiares, terminaron a la postre siendo confundidos con las dinámicas propias de itinerancia y movilidad del pueblo Rrom. Estos desplazamientos forzados, que pasaron desapercibidos para la institucionalidad, incidieron en debilitamientos de las redes sociales de solidaridad en la medida en que sobrecargaron exageradamente los dispositivos de reciprocidad y ayuda mutua puestos en marcha para acoger a los patrigrupos familiares victimizados. 

Para un pueblo cuantitativamente pequeño como el Rrom, con una población en Colombia que según el Censo General de 2005 del DANE se estima en 4.832, es de esperarse que la pérdida de vidas humanas tenga profundos impactos en su vida social y cultural, los cuales, valga decir, se incrementan progresivamente cuando se presentan casos de muertes violentas y desapariciones forzadas cometidas por los gadyé (gente no Rrom), ello por cuanto no sólo las posibilidades de hacer justicia escapan a la órbita de la Kriss Romaní, su sistema jurídico propio, sino por cuanto los imaginarios socialmente construidos producto de los recuerdos acumulados en la memoria colectiva del pueblo Rrom acerca de las persecuciones incesantes de que ha sido víctima a manos de los gadyé en distintos momentos históricos alrededor del mundo, terminan por afianzarse y con ello la marginalidad, sustentada en el temor hacia las leyes e instituciones de los “otros”, se expande. Los asesinatos y desapariciones reportadas al interior de los patrigrupos familiares dan cuenta que tanto las Águilas Negras como los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y la insurgencia tienen cuotas de responsabilidad.

En mayo de 2002 se difundió, sobre todo en los círculos del movimiento asociativo internacional del pueblo Rrom, una noticia<!–[if !supportFootnotes]–>[3]<!–[endif]–> que daba cuenta del temor generalizado que se había apoderado de una kumpania ubicada en el nororiente del país, debido a las amenazas, hostigamientos y extorsiones de que estaban siendo objeto varios de sus patrigrupos familiares a manos de estructuras paramilitares pertenecientes a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Algunos de los Sere Romengue, autoridades tradicionales, se vieron forzados a pagar sumas de dinero supuestamente a cambio de seguridad y tranquilidad. Otros, los que se negaron a pagar estas extorsiones ya sea porque materialmente no podían o no querían hacerlo, tuvieron que desplazarse hacia otras kumpeniyi del país y de Venezuela. Esta situación se mantuvo, con cierta intermitencia, durante al menos dos años.

Aunque ciertamente se precisa profundizar más sobre los impactos que el conflicto armado ha tenido sobre el pueblo Rom, desde el Proceso Organizativo del Pueblo Rrom (Gitano) de Colombia (PRORROM), se considera que hay suficientes elementos de juicio para proponer que si no se quiere cometer un olvido histórico imperdonable, los Rrom no puede ser excluidos de las iniciativas que sobre reparación colectiva y sobre reparación simbólica se están construyendo ya sea desde el marco de la Ley de Justicia y Paz o desde otros escenarios que la trascienden. Lo importante, en todo caso, es que la sociedad colombiana y el Estado recuerden y no olviden nunca que el pueblo Rrom ha sido afectado en su integridad étnica y cultural por el accionar de los grupos armados.

Cualquier propuesta de reparación colectiva que asuma como sujeto al pueblo Rrom debe fundamentarse en la formalización del pleno reconocimiento de su existencia, lo que lleva implícito el taxativo reconocimiento de sus derechos colectivos. En ese contexto la expedición  de un marco jurídico que regule las relaciones entre el Estado colombiano y el pueblo Rrom, que vaya en la dirección de quebrar para siempre las asimetrías discriminatorias y odiosas existentes actualmente entre los derechos constitucional y legalmente reconocidos a los pueblos indígenas y los que efectiva y realmente le son reconocidos a este pueblo, es una premisa inaplazable e imprescindible que debe contemplar cualquier propuesta de reparación colectiva que pretenda hacer justicia con los Rrom.

Girón (Santander), 17 de septiembre de 2008

Bibliografía

COMISIÓN NACIONAL DE REPARACIÓN Y RECONCILIACIÓN, (CNRR). Recomendación de criterios de reparación y de proporcionalidad restaurativa. CNRR. Bogotá, D.C. 2007. [152p.].

PROCESO ORGANIZATIVO DEL PUEBLO RROM (GITANO) DE COLOMBIA, PRORROM. Sobre la paz y la guerra: Reflexiones de los invisibles de Colombia, presentadas en la sesión plenaria del Congreso Nacional de Paz y País el 11 de mayo de 2002. En: PRORROM. Tras el rastro de Melquíades. Memoria y resistencia de los Rom de Colombia. Colección O Lasho Drom No. 4. PRORROM. Bogotá, D.C. 2005. Pp. 147-150.

PROCURADURÍA GENERAL DE LA NACIÓN. Primero las víctimas. Criterios para la reparación integral víctimas individuales y grupos étnicos. Procuraduría General de la Nación. Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional. Bogotá, D.C. 2007. [325p.].

SAVETO KATAR LE ORGANIZATSI AY KUMPENIYI RROMANE ANDA´L AMERICHI (SKOKRA). ¡Un S.O.S. por los Rrom de Colombia! Comunicado de prensa. Bogotá, D.C. 10 de mayo de 2002.


<!–[endif]–>

<!–[if !supportFootnotes]–>[1]<!–[endif]–> El subrayado es nuestro. COMISIÓN NACIONAL DE REPARACIÓN Y RECONCILIACIÓN, (CNRR). Recomendación de criterios de reparación y de proporcionalidad restaurativa. CNRR. Bogotá, D.C. 2007. P. 25.

<!–[if !supportFootnotes]–>[2]<!–[endif]–> PROCURADURÍA GENERAL DE LA NACIÓN. Primero las víctimas. Criterios para la reparación integral víctimas individuales y grupos étnicos. Procuraduría General de la Nación. Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional. Bogotá, D.C. 2007. Pp. 76-77.

<!–[if !supportFootnotes]–>[3]<!–[endif]–> SAVETO KATAR LE ORGANIZATSI AY KUMPENIYI RROMANE ANDA´L AMERICHI (SKOKRA). ¡Un S.O.S. por los Rrom de Colombia! Comunicado de prensa. Bogotá, D.C. 10 de mayo de 2002.

 

 

 

 

 

 

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