«Tenemos que empezar a revalorizarnos en nuestras casas»
Bilbao – 04/01/2010
Es mucho más directa y menos elucubrativa viviendo con los pies muy asentados sobre la tierra. «La ley no nos discrimina, pero por nuestra poca formación en muchas ocasiones estos derechos se nos escurren por entre las manos. Por esto, porque soy orgullosa de ser gitana y ser vasca, me siento discriminada. Si dices que eres gitana te rechazan, cosa que verdaderamente en otras partes del Estado no sucede o parece que sucede menos», reconoce.
Tal vez Emilia por la edad y por sus propias vivencias es la que ha experimentado en sí misma una mayor evolución, la que por tanto no plantea sólo el tema desde fuera, sino muy especialmente desde dentro. «Nosotras tenemos que empezar a revalorizarnos en nuestras propias casas, con nuestros propios maridos.
Hace no mucho, mi marido era un juerguista, un borrachín… algo bastante extendido en el pueblo gitano; a las niñas no les dejaba ir al colegio. ¿Para qué les va a servir me decía? Pero un trabajo diario mutuo ha hecho que mi marido de 60 años deje de beber y que valore el trabajo que hacemos las mujeres. Es un cambio para bien. Una evolución positiva por el trabajo de las mujeres.
Para mí, de todo cuanto sucede, lo que más ilusión me hace es ver a los gitanos, especialmente a las niñas de 15 y 16 años, estudiando en el instituto».
«Para nosotras, las mujeres de etnia gitana, con esa formación y opción de elegir, el precedente histórico de María Luisa Múñoz -que ha conseguido su pensión en Estrasburgo- lo vemos como heroína y luchadora por sus derechos. Ella será una base firme para nuestra integración total», añade convencida Emilia Cortés.
Fuente: deia.com
Mundo Gitano – Gypsy World