Foros

ROGAMOS QUE SE ESCRIBAN LOS COMENTARIOS Y APORTACIONES, DENTRO DEL CAPITULO AL QUE CORRESPONDA. Para enviar fotos el correo es: maranatha@mundogitano,net
Viendo 15 entradas - de la 31 a la 45 (de un total de 55)
  • Autor
    Entradas
  • #5033
    Jorge Bernal
    Participante

    Tzoani, Gracias,

    Yo aprendí inglés también cuando viví en Estados Unidos, y después viajando,
    es muy cierto lo que dices, lo que dices, es un idioma muy necesario.

    Un abrazo,

    #5036
    Jorge Bernal
    Participante

    David phrala,

    Zha pe kacha rig internetoski thay ashun o reportashi kay kerdine katar ek Rrom kay bushol Vlado anda o Israel, Rrom Rusiyako anda’l Polyacha kay beshel and’o Svunto Them, vo phenel bi-xantsesko sa so phendam ame zhi akana pa kodo them ay le Zhidovuria ay le Rrom.

    http://www.sr.se/cgi-bin/international/programsidor/index.asp?programid=2122

    Dikhta tele p’e rig kacha, ay arakhesa o reportashi tela o anav «CR Vlado anda Israel» ker kliko ay gata.

    Angaliasa,

    O Lolya

    #5038
    David Gavriel
    Participante

    Phrala!
    Nais tuke! Zhanes tut programa para descargar el reportaje? Kamav te thav les ando cd te sai ashunav vi kana chi sim po interneto, te sai ashunen vi aver Rom.
    Kodo Rom o Vlado, zhanes sar te arakhav les, te tradav lil?
    Baro mistimos kerdan mange te ashunav kodoles reportashi!

    Ashen Devlesa

    #5039
    David Gavriel
    Participante

    Prhala,

    Muy interesante lo que este gitano dice de los domari. Esto nos confirma que no son gitanos, pues viven en Gaza a pesar de vivir muy mal, y no quieren ir a Israel. Los gitanos no nos quedamos donde estamos mal, mucho menos si para estar bien basta trasladarse a 20 o 30 kilometros. Además, de lo poco que he leído de ellos, los palestinos tampoco los tratan bien, los tienen marginados y despreciados, mientras los servicios sociales israelíes les proveen ayuda.

    Ashen Devlesa.

    #5040
    israel
    Participante

    buenas primos. tzoani, se lo que me has querido decir, pero creo que no tiene nada que ver la prueba biblica con la procedencia nuestra. ademas para ti la biblia quizas sea el antiguo testamento y para mi es tambien el antiguo.

    me encanta como esta yendo el tema, y ya he dicho y repito que me atrae la idea de un origen hebreo, que no tiene porque ser judio.

    lolia estado leyendo eso pero no lo consigo captar bien, debo escuchar mas a menudo romanes para aprender a saberlo de forma hablada,que es lo importante. que dice ese reportaje ese gitano kaj buchol vlado???

    tzoani, mandame los links que consideres mas importantes sobre las tribus perdidas y en especial las que afecten a los gitanos. y dime cual es el otro grupo que pensais que tiene procedencia hebrea. si no lo quieres decir aqui, dimelo en el email, haz el favor. y otra cosa, podrias darme tu telefono??? me gustaria hablar contigo personalmente. como cristiano me interesa este tema tambien.

    dios os bendiga. o del te benil tumenge. trobul te zhavtar.

    #5041
    Jorge Bernal
    Participante

    Hola Tzoani, Israel,

    Tzoani, no, no conozco ningún programa como para bajar el reportaje. es una pena, si lo encuentras avísame.

    Israel, Vlado es un gitano de los Polyacha/Xaladitka Roma de Rusia, de 70 años, él emigró a Israel hace sólo 10 años con toda su familia incluso sus nietos, gracias al respeto/honor que nos dan los judíos, dice él, según sus propias palabras, los judíos le abrieron las puertas, pidieron, – déjennos vivir en Israel, y les dieron los documentos, habla que en Israel viven muy bien, el que quiere trabajar trabaja, dice que muchos trabajan por su cuenta y no están inscriptos, dice que los precios se mantienen, que la vida es buena, después habla de los domaria, lo que dice es que en Gaza viven y que no quieren ir a Israel, dice que no los entiende, que no son como nosotros, etc., etc. ¿Pensé que ya entendías la lengua Israel?, tienes que escucharla más.

    #5042
    Jorge Bernal
    Participante

    Ah, me olvidaba, Tzoani, sólo mándales un e-mail a los de la radio, en la página está el e-mail de ellos, escríbele a Adam Parno Szoppe o a Veli Briane, los dos me conocen de Suecia, mándales saludos de Lolja de Argentina.

    Un abrazo,

    #5046
    israel
    Participante

    pues si lolia, necesito oir la lengua. de ahi que te pedi que por msn tendriamos que hablar mas amenudo. es muy diferente oir una conversacion que hablar con otro gitano que ves de vez en cuando. pero asi es como debo aprender.

    escuchando.

    que bueno es ver que en israel tenemos las puertas abiertas.

    #5047
    David Gavriel
    Participante

    israel escribió:

    buenas primos. tzoani, se lo que me has querido decir, pero creo que no tiene nada que ver la prueba biblica con la procedencia nuestra. ademas para ti la biblia quizas sea el antiguo testamento y para mi es tambien el antiguo.

    me encanta como esta yendo el tema, y ya he dicho y repito que me atrae la idea de un origen hebreo, que no tiene porque ser judio.

    tzoani, mandame los links que consideres mas importantes sobre las tribus perdidas y en especial las que afecten a los gitanos. y dime cual es el otro grupo que pensais que tiene procedencia hebrea. si no lo quieres decir aqui, dimelo en el email, haz el favor. y otra cosa, podrias darme tu telefono??? me gustaria hablar contigo personalmente. como cristiano me interesa este tema tambien.

    Phrala,

    La Biblia tiene que ver, porque es el único documento histórico (además de algunos historiadores judíos como Josefo o Filón) que hablan de las tribus perdidas. Tiene tanto que ver, que la misma procedencia de los judíos es disputada por los historiadores, al no haber ningún otro documento aparte de la Biblia que los relacione con el antiguo pueblo hebreo. Por lo tanto, así como se especula sobre nuestro origen pero dejan muchísimas preguntas sin respuesta histórica, también especulan sobre el origen de los judíos, porque se niegan a dar credibilidad a la Biblia.

    Si uno considera la Biblia como solamente la Tanaj (Antiguo Testamento) o compuesta por la Tanaj y el Pacto Renovado o Pacto Mesiánico (Nuevo Testamento) no tiene importancia para el caso, ambas partes de la Biblia son desacreditadas por los historiadores. El hecho de que en ambas partes se habla de las tribus de Israel en forma extensa significa que para la historia bíblica es fundamental.

    En ambas partes la Biblia afirma que hay un pueblo judío, que proviene de dos tribus de Israel, y las demás tribus que están perdidas, pero también dice que no han desaparecido, sino que existen, y están dispersas entre los gentiles, y que no conocen su identidad. Por eso, si tomas en cuenta la historia bíblica como verdadera, tendrás que aceptar que esas tribus deben ser hasta el día de hoy algún pueblo, porque también en el futuro deberán reunirse (profecía de Ezequiel, 37:16-18). De las tribus perdidas dice por ejemplo «Haré cesar también todo su regocijo, sus fiestas, sus lunas nuevas, sus días de reposo, y todas sus solemnidades… No permanecerán en la tierra, comerán cosas inmundas» (Oseas 2:11; 9:3). Es obvio que no se trata de los judíos, que aún celebran todas sus fiestas, y mantienen la separación de los alimentos puros e impuros, y siempre hubo un grupo, aunque reducido, que permaneció en la tierra. O sea que, si esto es verdad, se debe referir a algún otro pueblo, el cual no tiene ninguna fiesta propia, no sabe más su origen, está disperso entre las naciones, y carga con el odio de todos. ¿Conoces algún pueblo así?

    Es bueno que sepas diferenciar entre «hebreo» y «judío», la mayoría no entiende esta diferencia. Todos los judíos son hebreos, pero no todos los hebreos son judíos. Así es, yo no he dicho que los gitanos fuesemos judíos, he dicho que somos de las tribus de Israel, excepto de Judá y Leví, ellos son los judíos, el resto son israelitas pero no judíos. El origen es el mismo, pero son tribus distintas del mismo pueblo.

    Mándame un email donde pueda enviarte lo que me pides. Sobre los links, veré qué es lo que hay en español.

    Ashen Devlesa.

    #5064
    israel
    Participante

    esto qeu dices lo entiendo bien. la diferencia entre hebreo y judio se entiende. hay muchos que he oido decir qeu podemos venir de manases.

    israel_gabarri@hotmail.com

    mandame un email aqui primo. y hablamos.

    debo irme
    devlesa

    #5085
    Administrator
    Superadministrador

    EL ORIGEN DEL PUEBLO ROM – REALIDAD Y LEYENDA

    Por: Marcel Courthiade

    En contra de lo que pretenden la mayor parte de las publicaciones existentes, los primeros rrom que llegaron a Europa recordaban bien su origen hindú. En efecto, disponemos de algunos documentos de los siglos XV y XVI1 que lo atestiguan formalmente. Más tarde, un mítico origen egipcio2, más prestigioso y más «llevadero» en la época para la integración de los recién llegados en el mundo europeo entró en competencia con el auténtico origen hindú; con el tiempo aquél incluso suplantó a éste, hacia 1760 cuando el pastor transilvano Vályi István de Szathmar/ Satu Mare redescubrió el origen hindú de los rrom, comparando, según la leyenda, el habla de los gitanos de Ráb, donde era predicador, con la lengua que hablaban tres estudiantes hindúes que conoció en Holanda. La verdad es que no Vályi István, sino un primo suyo, encontró a los hindúes en Leyden y que no la comparación de palabras, sino la interpretación equivocada del nombre del pueblo ceilanés, «singhala» en su idioma, como «tsingania», puso el sacerdote reformado en la vía de cotejar el origen de los rroms con India, reavivando el recuerdo de lo que decían ellos mismos de su origen por el pasado. En apoyo de esta comparación, venía el hecho que el mundo filológico contemporáneo era muy interesado por India, en el momento cuando se descubría el parentesco entre el sánscrito y los idiomas clásicos europeos, el latín y el griego antiguo. No es excepcional en la historia de las ciencias, que una impresión errada conduzca a conclusiones exactas. Después de este redescubrimiento, el origen hindú de los rrom ha estado oculto durante mucho tiempo, sin salir apenas de los círculos de sabios3, hasta la época de la amistad política entre la Yugoslavia de Tito y la India de Nehru, en el marco de los «Países no alineados», época en la que esta información fue ampliamente difundida.

    Kannauj: ciudad de origen de los rrom

    Sin embargo, se han hecho muy pocos esfuerzos para precisar el punto de origen exacto del éxodo del pueblo rrom y de las causas del mismo, hasta la aproximación propuesta muy recientemente por el profesor Eric Meyer de París, entre este evento y un texto del cronista árabe Al-‘Utbi (961-1040 aprox.). En realidad, una relación entre las razzias efectuadas en la India por el terrible Mahmud de Ghazni y el éxodo de los rrom había sido ya presentida por investigadores rrom como Rajko Djurić4 y Ian Hancock5, pero apoyándose en crónicas parciales que no mencionaban más que incursiones limitadas al noroeste de la India, sin poder precisar realmente el mecanismo de este éxodo.

    A principios del siglo XI, Kannauj es la capital intelectual de la India del Norte

    Por el contrario, un pasaje del «Libro de los Yamin», de Al-‘Utbi, aunque breve, es mucho más explícito, puesto que habla de una incursión que se adentra bastante más lejos hacia el Este, hasta Kannauj, a 82 Km. al sudeste de Kanpur (en inglés, Cawnpore). A principios del siglo XI, Kannauj, situado no lejos de Lakhnau (en inglés «Lucknow) y Agra, es la capital6 intelectual, cultural, espiritual y artística de la India del Norte. No sólo los brahmanes más eruditos dicen ser de Kannauj, sino que es una ciudad que alcanza cotas máximas en términos de lo que hoy llamamos democracia, tolerancia, derechos humanos, pacifismo e incluso ecumenismo. Pero en invierno de 1018-1019, un invasor venido de Ghazni, capital del Zabulistán (hoy in Afganistán), hizo una incursión en Kannauj para capturar la población, famosa por su proyección cultural y artístico, y utilizarla para satisfacer su sueño de volver su cuidad en capital del mundo. No fue su primera incursión, pero las otras se habían limitado al Punjab y al Rajastán y el sultán saqueaba sólo las riquezas materiales y matando a todos los hombres. Esta vez avanza hasta Kannauj, que cuenta entonces con 53.000 habitantes, y el 21 de diciembre 10187 captura a toda la población, «ricos y pobres, blancos y morenos», que venderá después «por familias enteras» a Ghazni (Texto de Al-‘Utbi). A continuación, Khorassan e partes de Irak8 «se encuentran llenos de esta población» (ibid. ).

    ¿Qué es lo que nos empuja a acreditar el origen de los rom en esta invasión?

    Los puntos siguientes:

    • la precisión «blancos y morenos» explicaría la variedad de colores de piel en los rrom de grupos diversos si, efectivamente la población de salida hubiera estado compuesta de ellos. En particular, había sin duda en Kannauj numerosos râjputs que eran alógenos de la población de base, pero elevados al nivel de los kshatrias por sus méritos, y podían constituir una parte «oscura» de la poblacion10 ;

    • la captura de todas las clases sociales explica la facilidad con que los primeros rrom en Europa fueron introducidos junto a los más altos hombres de estado, reyes, emperadores, papas, etcétera… en la medida en que entre ellos había notables descendientes de Kannauj; como lo escribe François Vaux de Foletier, «la nobleza europea miraba a los Gitanos como a sus iguales, echados de su país por una catástrofe».

    • esta variedad de origen social en la población deportada de Kannauj es también un factor determinante para explicar la vivacidad de la lengua rromaní hasta nuestros días, cerca de mil años después del exilio. La sociolingüística ha observado, en efecto, que cuanto más heterogénea socialmente es una población exiliada, con más robustez se transmite su lengua en el tiempo;

    • la unidad del lugar de partida explicaría la gran coherencia del elemento hindú de todos los dialectos rrom, puesto que las diferencias de habla se deben ante todo al vocabulario prestado de Europa, al contacto de las nuevas realidades, notablemente costumbristas (vestidos, alimentación), administrativas y técnicas — palabras como vacaciones, ayuntamiento, impresión, destornillador, sello, plancha, etcétera (sin hablar de la fauna y de la flora) . Este argumento elimina la hipótesis de un origen a partir de un simple «conglomerado de tribus ḍoms (o de otros grupos, cualquiera que sean). La unidad del lugar de partida explicaría la gran coherencia del elemento antiguo hindú común a todos los dialectos rromaníes de todas las partes del mundo. En efecto, esta base asiática (es decir, toda la materia lingüística hindú, persa, armenia e, incluso, griega en parte, puesto que la mayoría del elemento griego del romanó fue integrado en Asia Menor, a partir del hecho, de que en la época en que los rom atravesaron esta región no había turcos aún, sino sólo griegos y armenios) no presenta más que una sola división dialectal, concerniente a una terminación verbal, mientras que las demás divisiones dialectales aparecieron más tarde, en suelo europeo. El origen de los rom como proveniente de una misma y única ciudad hindú, Kannauj, confirma los datos de la lingüística.

    • podía haber, sin embargo, cantidades de artistas ḍomba11 en Kannauj, como en todas las ciudades refinadas. Capital cultural y espiritual del país, la ciudad debió atraer a muchos artistas, entre los que los ḍomba eran numerosos. Pero cuando la población de Kannauj fue diseminada por Khorassan y regiones colindantes fueron sin duda los artistas ḍomba quienes impresionaron a los autóctonos, lo que explicaría la extensión del término ḍomba al conjunto de los recién llegados, que seria enseguida adoptado como endónimo (al lado de sínd que significa simplemente hindú, de ahí, quizá sinto );

    • el hecho de que se trate de una población urbana explicaría la rareza de la profesiones agrícolas en los rrom hasta nuestros días;

    • parece que a esta invasión escapó un grupo de refugiados que se dirigió hacia Benarés, de donde salieron de nuevo para instalarse cerca de Ranci (en inglés Ranchee ). Hablan el sadri, la lengua hindú con la que tenemos mejor comprensión mutua los hablantes de rromanó ;

    • ocurre que los hablantes de sadri, cuando beben en las ceremonias, derraman todavía hoy en el suelo un poco de la bebida antes de consumirla, diciendo: «Para nuestros hermanos que el viento glacial llevó lejos de nosotros, más allá de las montañas». Estos hermanos podrían bien ser los cautivos de Mahmud. En cualquier caso se impone un estudio que profundice en este grupo;

    • la diosa tutelar de Kannauj era Kali, que mantiene una popularidad inmensa en los rrom. El antiguo nombre de la ciudad, Kanyakubja, significa además «virgen jorobada», apodo de una enferma devota de Krishna, a quien el dios le dio un cuerpo bello y sano porque ella le había ungido los pies con fervor; pero «virgen jorobada» también fue un epíteto de Durga, la diosa guerrera, forma particular ella misma de Kali (J. Gamonet).

    • en cuanto la estancia en Khorassan, sugerida por el texto de Al-‘Utbi, ésta explicaría el importante número de vocabulario persa en romanó común, (unas 70 raíces, contra 900 indias y 220 griegas), puesto que el Khorassan es una región de lengua persa.

    Apuntes de la historia de Kannauj desde la antigüedad hasta la razzia de 1017-1018

    Desde la más alta antigüedad, Kannauj ha desempeñado en la historia un papel de primer plano. Ante todo, esta ciudad fue la capital de los pañcala 12 que, con los kurus, constituían hacia el año 1000 antes de nuestra era las dos principales tribus de la valle del Ganges. Su importancia decreció después hasta no ser más que una aldea hasta el siglo V de nuestra era, pero la recuperó en la época de los gupta tardíos, puesto que se convirtió en la capital de los maukhara que dominaban el norte del Ganges. Otros gupta tardíos, los puśyabuti, reinaban entonces en Sthâneśvara (hoy Thâneswar), pero el primero de ellos que conoció la celebridad fue Prabhâkaravardhana, que tuvo dos hijos: Râjavardhana y Harśavardhana. Su hija, Râjyaśrī, se caso con Grahavarman, soberano de Kannauj.

    Ahora bien, a principios del siglo VII, mientras que Râjavardhana lograba una victoria tras otra contra los Hunos, su padre, Prabhâkaravardhana murió dejándole el trono de Thâneswar. Fue entonces cuando, en 606, Devagupta, rey de Mâlvâ, atacó Kannauj, y Grahavarman, murió asesinado por Śaśanka, rey de Bengala, y su esposa Râjyaśrī fue raptada13. Sus dos hermanos, Râja y Harśa se abocaron inmediatamente a un combate sin piedad para salvarla, como relata Bâṇa, escritor y poeta que vivió en la corte de Harśa y fue su historiógrafo. A la muerte de su marido, la joven Râjyaśrī (se había casado a los 13 o 14 años), no se sometió al sacrificio del fuego, como lo había hecho su madre Yaśomatī. Se cree incluso que a continuación desempeño un papel político nada desdeñable, ya que acompañaba a Harśa en las audiencias de éste.

    Fue ese año cuando, tras la abdicación de su hermano Râja, que se hizo asceta, Harśa subió al trono de Kannauj, como le había pedido la asamblea de la ciudad. Al parecer sólo aceptó al principio ser regente (tenia entonces 16 años), pero Kannauj se convirtió en seguida en la capital de su reino. Se lanzó entonces a una serie de batallas que le aseguraron rápidamente una gran autoridad en todo el norte de la India y parece que sometió incluso a Nepal, Sind, y quizá Cachemira. En 620, sin embargo, fue derrotado por las fuerzas del Dekkan, dirigidas por el rey Śâlukya Pulakesin II, pero esta batalla, aunque perdida, frenó la progresión de este último hacia el Sur, y la visión sobre todo de los miles de guerreros muertos en ambos campos trastornó las concepciones de Harśa, que renunció a la guerra para hacer prevalecer la negociación y las alianzas. Fue también en esta época cuando empezó a consagrarse a la creación literaria (teatro, es claramente el autor de «Ratnâvalī», «Nagananda» y «Priadarśika) y a la filosofía. Convocó en Prayag en 643 un concilio, que hoy calificaríamos de ecuménica, con el fin de facilitar el diálogo y reducir los conflictos entre las religiones.

    A su muerte, el trono fue acaparado por un usurpador, pero la intervención del embajador de China restauró por un tiempo el heredero legítimo, sin impedir, no obstante, el desmantelamiento del verdadero imperio que había sabido constituir, tanto mediante la guerra como la negociación. Aunque su autoridad fue indiscutible durante sus 40 años de reinado, no parece que hubiera estado tentado de centralizar su estado. La ciudad de Kannauj conoció en su época un desarrollo extraordinario que el viajero chino [Táng] Xuán Zàng describe con entusiasmo: «se extendía sobre más de seis kilómetros a lo largo del Ganges u comprendía cien monasterios budistas y doscientos templos hinduistas». De la época de Harśa no queda hoy en Kannauj más que un templo, llamado «Baba Gauri Śankar» – reconstruido por fin del siglo pasado.

    Kannauj recobró cierta importancia hacia 730, cuando su soberano de entonces, Yaśovarman, sometió a Magadha y a los gauda, y atacó Bengala, pero fue derrotado por Lalitâditya, rey de Cachemira. Fue también la época en que una nueva potencia apareció en las orillas del Ganges: los gurjâra, guerreros nómadas ancestros de los râjput y cuyas principales tribus erab los paramâra, los chahumâna, los solankī y, sobre todo, los pratīhâra. Los gurjâra ya son citados por primera vez en la época de Harśa, pero no se precisa información sobre ellos hasta finales del siglo VIII. Su estado se extendía hasta el Rajastan y constituía una fuerza capaz de poner en jaque a los árabes. Hacia el año 900, el soberano de Bengala, Dharmapala, derribó del trono de Kannauj a Indrajudha y puso en su lugatr a Cakrakudha, que fue derrocado a su vez, veinte años más tarde por Nagabadha II (800-833); Kannauj se convirtió entonces en la capital de los pratīhâra.

    Este pasaje no tiene ligadura directa con el éxodo de los proto-rrom, pero explica la importancia de Kannauj en la India antigua.

    La razzia de Mahmud de Ghazni[/color]

    El golpe fatal sufrido por la ciudad debió venir del extranjero, en la persona de Mahmud de Ghazni. El padre de Mahmud, Amir Sabuktigin, ostentaba el trono de Afganistán en 976: esclavo de origen, se había casado con la hija de Alptigin, mercenario turco al sueldo de los Samanides, que fue el fundador en 963 de la dinastía reinante en Ghazni. Hasta entonces, las intenciones de los musulmanes en la India no habían pasado apenas del Sind, gobernado por Yacub Ibn Laïs. Fue en las vísperas del año 1000 cuando la presión se acrecentó en dirección al Este, pero si Jayapâla Shâhi (Jaipâl), soberano del Punjab, resistió en 979 a Sabuktigin, la coalición tripartita de Lahore, Ajmir y Kannauj se rindió en 988 cerca de Lemgham; Jayapâla tuvo que retirarse de Kabul y Sabuktigin continuó sus ataques en el Punjab y Rajastan, pero, sobre todo, eran en las tierras afganas las que le interesaban. Sus campañas fueron continuadas por su hijo Ismaïl, derrotado en 998 por su propio hermano, el famoso Mahmud, que reinó a partir de ese año hasta 1030.

    A partir de esa época se puede hablar de una verdadera influencia musulmana en el norte de la India. Es importante subrayar que Mahmud, además de Afganistán, heredó el Khorassan. A pesar de que el célebre déspota introdujo en su corte todo el refinamiento y la suntuosidad persas, propiciando las artes y las ciencias, esta munificencia no llegó a seducir a todos los espíritus preclaros de la época, puesto que Firdusi y Al Biruni se alejaron de él, y Avicena rechazó su invitación. En efecto, el imperio de Ghazni, que se extendía desde el Caspio al Punjab, se apoyaba únicamente en una política de pillaje. Los ataques dirigidos contra los estados hindúes tenían como objetivo el aporte de riquezas, no la anexión de territorios. El combate contra las divinidades paganas no era más que un pretexto para el saqueo de los templos hindúes, pero le otorgó a Mahmud una gran celebridad en el mundo musulmán. De 1001 a 1027, Mahmud lanzó 17 ataques contra la India. En 1001 desafió al ejército de Jayapâla, que debió inmolarse en una pira, dejando el trono a Anandapala, y saqueó Lahore. En 1004, sometió Multan, que sin embargo era ya musulmán, y al año siguiente, el Punjab; Soukhpala, nieto de Jayapâla, fue capturado y se convirtió al Islam.

    Mahmud se decidió a doblegar definitivamente a los estados hindúes bloqueándoles el acceso a Multan. La razzia de 1008 se enfrentó a la amplia coalición de los soberanos del Punjab, de Ujjain, de Gwalior, de Kannauj, de Kalanjâr, de Delhi y de Azmir, que fue vencida sin embargo entre Undu y Pesawar. El anuncio de la muerte de Anandapâla causó un pánico sin precedente entre los guerreros; Mahmud continuó sus ataques, sobre todo en las regiones ricas y en los templos: en 1010 contra Mathura, en 1014 contra Thaneswar, en 1017-1018 contra Kannauj y en 1024 contra Somnath.

    La gran campaña de 1018 le reportó 53.000 prisioneros (vendidos cada uno entre 2 y 10 dirhams), 385 elefantes y carros enteros de oro, de rubíes, de perlas y de tesoros diversos, por un valor de tres millones de dirhams, todo elle robado principalmente en los doscientos templos con que contaba la ciudad, lo que significa que las riquezas en materias preciosas alcanzaba un montante entre 6 y 28 veces superior al precio total de los 53.000 cautivos. Se puede suponer que Mahmud, tras la captura de estos prisioneros, en mayoría artistas y intelectuales, fue frustrado de constatar que no correspondían a lo que esperaba para animar su ciudad, pues que el arte de Kannauj no tenía nada en común con el arte islámico de Ghazni.

    La dinastía de los Yamini (descendientes de Mahmud) se extinguió poco más de un siglo después de el.

    El cronista Al’ Urbi[/color]

    La vida de Mahmud de Ghazni es bien conocida hoy en día gracias al Libro de los Yamini, escrito por el cronista Abu Nars Al-‘Utbi, nacido en Raiy hacia 960 y criado con su tío en Khorassan. Tras la muerte de su tío, el joven Al-‘Utbi fue secretario del comendador del ejército de Khorassan (de 988 a 993), después de Subuktigin, soberano de Ghazni, y luego de su hijo Ismaïl, a quien convencería para abdicar en favor de su hermano, el sultán Mahmud.

    En 999, este último habría enviado a Al-‘Utbi en embajada al Gharshistan, donde conseguiría convencer al soberano para que reconociera la autoridad del jefe de Ghazni. En 1021 terminó su Libro de los Yamini, a la gloria de Mahmud, lo que valió una función importante en Kandj Rustaq. Una querella con el visir hizo que fuera destituido; entró entonces al servicio de Mas’ud, hijo del sultán, y ahí perdemos su pista. Murió hacia 1030. Además del Libro de los Yamini (publicado en El Cairo en 1895), escribió probablemente otros libros, todos ellos perdidos.

    En 1186, Abul Sharaf de Yabardican tradujo el Libro de los Yamini del árabe al persa para mostrar al soberano cómo la crueldad, la injusticia y la corrupción conducen a los reinos a su perdición. El título de la obra en persa es Kītab i Yamini y su lenguaje es mucho más legible que las formulaciones a menudo enigmáticas del original.

    Kannauj hoy[/color]

    Kannauj reaparece en la historia en 1539 a causa de la victoria de Sher Shah sobre Humayun. Hoy no queda de la poderosa capital hindú más que unas ruinas lúgubres. Kannauj cuenta con unos 60.000 habitantes, pero es un pueblo apenas conocido en la India de hoy más que por su producción de perfumes (empresa Ittar), exportados en todo el mundo. De la magnífica época de Harśa no quedan más que las ruinas de un templo hinduista, el Gauri Shankar, y algunos objetos en el museo arqueológico.

    Dudas y razonamientos[/color]

    Está claro que el descubrimiento del libro de Al ‘Utbi ha permitido que esclarecer un gran número de cuestiones, a las que la reflexión había ya aportado, sin embargo, algunos elementos de respuesta. Por ejemplo, algunos autores habían hablado de numerosas olas sucesivas de salidas de la India, pero ningún elemento objetivo vino, hasta ese día, a apoyar esta suposición. Al contrario, el hecho de que el elemento asiático de la lengua rromaní sea de una homogeneidad extrema, sin una fuerte dialectización, con una gran estabilidad de las formas, indica que toda la población en origen de los rom provenía de una misma y única región de la India, sin duda bastante restringida geográficamente. Hoy no se quedan de la poderosa capital hindú más que algunas ruinas lúgubres, sobre todo el túmulo mayor llamado «Tila» donde se ven paredes de ladrillos cocidos remontándose a la época del éxodo.

    El descubrimiento del libro de Al-‘Utbi ha permitido que esclarecer un gran número de cuestiones

    Por otra parte, se sabe que ya no existe hoy en la India una población específica claramente emparentada con el pueblo rrom. Los múltiples grupos nómadas bautizados en la India como gypsies no tienen ningún parentesco o relación genética con los rrom. Su denominación viene de la policía colonial inglesa que los llamó gypsies en el siglo XIX por analogía con los gitanos de Gran Bretaña y les aplicó las mismas reglamentaciones discriminatorias que a éstos.

    Más tarde, los investigadores europeos, creyendo que el nomadismo es un elemento constitutivo de la identidad rromaní, se han empeñado en comparar a los rrom con esas «tribus nómadas» sin encontrar verdaderos puntos comunes, y ello por el simple hecho de haber orientado su investigación de manera errónea a causa de sus prejuicios sobre los grupos de vida móvil, mientras que hoy en día resulta verosímil que los ancestros hindúes de los rrom eran sedentarios, e incluso ciudadanos. La obstinación de los etnógrafos en buscar parientes de los rrom entre las poblaciones llamadas gypsies es sin duda una de las razones del retraso de las investigaciones en este campo.

    Se sabe que ya no existe hoy en la India una población específica claramente emparentada con el pueblo rrom

    Además, buscar entre los gipsy es hindúes los ancestros – o los primos – de los rrom es tan absurdo como buscar entre los taxistas de Moscú los ancestros – o los primos – de los taxistas rusos de París: en los dos casos es la emigración la que ha dictado el nuevo perfil social. Aquí de nuevo el texto de Al-‘Utbi, al hablar de una población sedentaria, permite superar las semejanzas de especie entre rrom y gypsies de la India.

    En cuanto a las afirmaciones sobre la pretendida similitud entre el rromanó y esta o aquella lengua hindú (más a menudo el panjabí y el rajastaní) no son más que instrumentos de nacionalistas hablantes de esas lenguas para aumentar artificialmente la cifra de la población considerada, pues ningún dato lingüístico apoya esta pretendida similitud. Se puede formular de otra manera esta ausencia de relación específica diciendo que todos los hablantes de hindí, nepalí, panjabí, gujaratí, etcétera, están igualmente emparentados con el pueblo rromá. Una única lengua parece ser la excepción: el sadrí, hablado entre el norte de Ranchi y el sur de Bihar por una veintena de pueblos cuyos habitantes provendrían de Benarés o habrían venido antiguamente, huyendo de una región «un poco más al Norte», dicen. Sin embargo, se deben emprender investigaciones sistemáticas para verificar o invalidar la impresión de comunicación y de ínter comprensión más fácil entre los rrom y los hablantes de cualquier otra lengua hindú, pues hasta hoy no disponemos más que de testimonios bastante subjetivos aportados por vecinos de estas poblaciones y no de algún estudio serio.

    Las leyendas[/color]

    Está claro que a la vista de los documentos aquí expuestos concernientes al origen de los rrom, así como los escritos de Al-‘Utbi nos permiten cercarla en el contexto de diversas disciplinas de investigación, las múltiples leyendas traídas y llevadas desde el siglo XIX por relatos fundadores de etnogénesis míticas de los rrom no revisten más que un interés folclórico. Algunas son normalmente olvidadas bien pronto, como por ejemplo la del bohemio condenado a errar porque había forjado los clavos de la crucifixión. El anacronismo de una historia tal, su estructura misma, la relegan al rango de las leyendas que en realidad traducen simplemente una actitud específica de las iglesias que buscaban justificar las persecuciones contra los rrom, actitud comparable con la acusación global contra el pueblo judío de haber crucificado a Cristo, ésta igualmente para justificar las persecuciones y el antisemitismo. Fabricar clavos es un crimen menor en comparación al deicidio, pero el hecho, mencionado en varias versiones, de haberlo hecho con conocimiento de causa implica una complicidad odiosa que no merece perdón y da libre curso a todas las persecuciones.

    Otra leyenda cuenta que una vieja bohemia salvó al niño Jesús escondiéndolo, en un lío de ropa cuando la masacro de los Santos Inocentes. En recompensa por esta buena acción, los bohemios tienen «el derecho de robar hasta cinco monedas al día sin que se considere un pecado», cuenta el relato, arrinconado también por su carácter ingenuo en el campo de las elucubraciones piadosas, pero – conviene subrayar – menos racistas que la leyenda de los clavos de la crucifixión.

    Hay también leyendas que se remontan más lejos aún en la historia, como la de los rrom descendientes de una mujer que Adán habría conocido antes que Eva, y que habría sido la madre de Tubal-Caín, el primer herrero. O, incluso antes aún, esa leyenda que circula todavía en Hungría y según la cual Dio había creado a Adán a los dos del barro, pero que la dio la vida a aquél con un soplo y a éste con un pedo, lo que explicaría que no es nada conveniente peerse en público entre los gitanos, porque les pueda recordar su origen. En realidad, tales cuentos deshonran mucho más quien los inventa y difunde que a los que son en ellos insultados.

    Hay, en fin, una leyenda, no menos fantasiosa que las precedentes, que tiene sin embargo derecho de ciudadanía, casi como hipótesis científica, en numerosos libros.

    La razón es, sin duda, que la historia de Irán es menos conocida en Europa que la historia de la cristiandad. Se trata del famoso cuento de Firdusi (de que hay una versión más prosaica y más islamista en el muy piadoso Hamza de Ispahan) y según el cual, Bahram Gur hizo venir en el siglo IV a 12.000 músicos luris de casa de su suegro con el fin de distraer a su pueblo; les confió a cada uno un saco de trigo, un buey y un asno ordenándoles trabajar la tierra por la mañana y tocar música por la noche. Un año mas tarde, los luris se habían comido el trigo y el buey, y fueron arrojados a los caminos del mundo con su asno y la maldición del soberano. De nuevo, esta leyenda habla mucho más de los prejuicios de quienes la acreditan que el desarrollo histórico de los hechos.

    La leyeda egipcia[/color]

    O bien los primeros rom comprendieron que le eras más ventajoso pasar por egipcios desterrados por los musulmanes o condenados a errar para expiar su apostasía, o bien algunos de ellos estuvieron realmente asentados en una de las múltiples regiones del Asia Menor o de Grecia (Modón en el Peloponesio, por ejemplo), llamadas «Pequeño Egipto» en razón de su prosperidad y su verdor. Muy pronto, las adivinadoras gitanas fueron llamadas aiguptissai «egipcias», y el clero prohibió consultarles para saber la buenaventura.

    Se sabe que el nombre de egipcio para designar a los gitanos no se limita a los Balcanes, sino que se encuentra también en Hungría bajo la forma de «pueblo del Faraón» y en Occidente para designar la rama atlántica del pueblo rrom (gipsy y gitano provienen ambos de egiptano ).

    En los dos casos, el prestigio de Egipto y los relatos de persecuciones sufridas por los cristianos en ese país habrían alimentado un mejor fundamento a la leyenda egipcia que a la verdad hindú, y habrían favorecido la obtención de salvoconductos y cartas de recomendación de los príncipes y del Papa. Se puede hacer una comparación contemporánea entre los rom venido de Rumania a Occidente que se pretende refugiados bosnios, versión más «apropiada» que el origen real. Muchos pueblos en el curso de la historia han disimulado su identidad o han reconstruido su origen para obtener ventajas materiales o morales (compárense los mitos de los orígenes de numerosas naciones)

    En realidad, la causa que ha hecho nombrar los rrom «egipcios», además de una lectura errada de un versículo bíblico (Ezequiel XXX.23), es una amalgama con una verdadera población egipcia que habría llegado en el siglo IV a Asia Menor y a los Balcanes (se habla de 300.000 soldados, pero se sabe que los textos antiguos hinchan las cifras) y que había golpeado la imaginación de los campesinos bizantinos. Cuando los primeros rrom pasaron por la misma ruta, la etiqueta fue reactivada y aplicada a los recién llegados. Además, todas las regiones un poco fértiles (no sólo Modón/Methone, sino también muchas otras) se llamaban «Pequeño Egipto», y como los rrom, por problemas de limpieza buscaban las praderas al borde de los ríos, los dos elementos se confortaron en uno al otro para consagrar esta etiqueta re egipcios.

    En esas condiciones se comprende de qué manera la verdad sobre el origen de los rrom ha desaparecido de los escritos, al menos durante un siglo y medio, hasta ser redescubierta por Vályi István.

    Lo importante, ahora que la salida de la India está ampliamente aclarada, es desarrollar las investigaciones sobre la continuación de esta gran migración: en particular, cuando y cómo la población de Kannauj, conducida como esclavos al Khorassan y zonas limítrofes, se reagrupó para retomar la ruta hacia el Oeste, es decir, hacia Asia Menor y los Balcanes, dos vastas regiones que formaban parte a la sazón del imperio bizantino. Como la documentación histórica en persa, armenio y árabe es mucho más amplia de lo que se puede encontrar en la India (como es sabido, la memoria y no lo escrito constituye el pilar prestigioso de la cultura hindú), debería se relativamente fácil retrazar, sobre la base de documentos auténticos, esta segunda etapa de la historia de los rrom.

    __________________

    NOTAS

    1. Estos documentos fueron publicados en Informaciaqo lil n° 7-9 de 1992.

    2. En realidad, un pueblo de origen egipcio había llegado a los Balcanes en el siglo IV (entre 306 y 338, según un documento de los archives del Vaticano descubierto por el historiador británico Hugh Pulton). Se trataba quizá de grupos cristianos coptos ( se sabe que la persecución contra los coptos alcanzó el paroxismo en 304). Es verosímil que los evgjits (aún llamados jevgs o ashkali) son los descendientes de aquella emigración, que influyó profundamente en la imaginación de los campesinos de los Balcanes, hasta tal punto que, por analogía, tomaron a los rrom llegados también a Europa por Asia Menor, por «nuevos egipcios». La concentración de rrom en las regiones más propicias al comerció, llamadas a menudo «Pequeños Egiptos», no ha hecho más que reforzar esta confusión, pero la confusión entre esa población y los rrom tiene fuente verdadera en un versículo bíblico (Ezequiel XXX.23), mal entendido.

    3. Algunos escritores lo han mencionado, sin embargo, en diversas obras literarias desde el siglo XVIII, como Ion Budai-Deleanu en su Ţiganiada.

    4. Rajko Djurić, Romi u Evroposkoj Književosti Beograd, 1996 (p. 9)

    5. Ian Hancock, Siobhan Dowd y Rajko Djurić, The roads of the Roma Hatfield, 1998, (p. 15-16)

    6. Kannauj alcanzó el apogeo de su esplendor bajo el reino de Harśa, en el siglo VII, pero el historiador Ian Kieniewicz escribe que, incluso tras su muerte en 647, «la prosperidad económica y el desarrollo cultural no abandonaron esta ciudad, haciendo de ella la capital intelectual y espiritual oficiosa de la India del Norte» (Historia Indii p. 218)

    7. El 8 de Shaban de 409 de la Hégira

    8. Así como una región llamada Máwarráu-n Nahr, es decir la Transoxiana.

    9. Antes de la conversión de Harśa a la non-violencia en 620, Kannauj había sido una potencia guerrera que como tal, había reclutado batallones de rajputs, terribles guerreros descendientes, como recuerda Eric Meyer, «de una parte de invasores de Asia central llegados con los Hunos en el siglo VI, y por otra parte de pueblos aborígenes de las zonas forestales de los márgenes del llano del Ganges».

    10. Es importante destacar que la expresión de piel «negra» dada por los Europeos a los rrom desde sus primeros contactos es algo que dice más de la mentalidad de los sedentarios que de la realidad objetiva: está claro que, entre los recién llegados, son los «negros», los «visibles» los que chocan a las poblaciones. Los rrom de Polonia distinguen entre «rrom negros» y «rrom blancos» bajo un criterio de pertenencia a uno u otro grupo (de los llanos o de la montaña), pero en realidad no hay diferencia visible en el color de la piel.

    11. Los ḍombas no eran en absoluto individuos «despreciables». Tenemos, en efecto, textos como la Râjataranginī, del brahmana Kalhana, que habla de amistad de un príncipe de Cachemira y de un grupo de domba, lo que lleva a confiar altas funciones administrativas a su familia (River of Kings, trad. inglesa de Ranjit Sitaram Pandit, Nueva Delhi, Sahitya Academy, 1935)

    12. Los sabios Aruni y Śvetaketu contribuyeron a la reputación de los pañcala.

    13. Aparentemente por Śaśanka, pero los relatos son oscuros en este punto. Quienquiera que fuese, se sabe que asesinó à Rajja, el hermano de Harśa, en un banquete de «reconciliación».

    #5087
    David Gavriel
    Participante

    Phralale,

    Está muy acertado el título «realidad y leyenda». Courthiade nos ha contado la leyenda, se olvidó de contar la realidad. Además de que su teoría es sólo eso, una toría, carece de fundamento, contiene muchas contradicciones y anacronismos.
    Creo que en la búsqueda de un motivo que haya provocado el éxodo gitano desde el Punjab creyó hallarlo en las invasiones gaznávidas. Lamentablemente, no leyó cómo fueron esas invasiones, de lo contrario sabría que es imposible que ningún pueblo deportado haya podido mantener su unidad ni identidad en esas circunstancias. Las invasiones gaznávidas fueron increíblemente sanguinarias, comparables al holocausto nazi. Mahmud y también alguno de sus sucesores tomaron cientos de miles de prisioneros, quizás millones, y con todos ellos aplicaron lo siguiente:

    – los hombres, las mujeres y los niños fueron separados, ninguna familia permaneció entera.
    – los hombres eran esclavizados y obligados a hacerse musulmanes, los que se negaban eran inmediatamente decapitados. Los mercados de esclavos estaban repletos de hindúes encadenados que habían jurado lealtad a Alá y a mahoma, eran vendidos por monedas a los señores musulmanes. Nunca más obtuvieron libertad, ni volvieron a ver a sus familias.
    – las mujeres fueron vendidas como esclavas para los harenes del Medio Oriente, sometidas a sus nuevos señores musulmanes y nunca más vieron a sus maridos ni a sus hijos.
    – los niños fueron «adoptados» por familias musulmanas, más que todo para usarlos como mano de obra gratuita, y por supuesto, educados según el islam.

    Nadie sobrevivió a estas condiciones.

    Por el contrario, el pueblo gitano logró atravesar Persia ANTES de que este país fuera completamente sometido a la ley musulmana, y alcanzaron el Imperio Bizantino, donde pudieron mantener su unidad e identidad como grupo. Al entrar en Europa, los gitanos eran cristianos, todos los documentos de la época lo confirman. La llegada del pueblo Rom al Imperio Bizantino está documentada en una época anterior a las invasiones gaznávidas.

    Ashen Devlesa.

    #5091
    David Gavriel
    Participante

    Phralale,

    Aquí les transcribo algunos párrafos de la historia documentada de la invasión gaznávida a la que Courthiade hace referencia. El autor cita los testigos oculares e historiadores de la época, y narra cómo procedía este sanguinario carnicero en sus conquistas, lo cual no deja alguna posibilidad que de esas deportaciones haya podido mantenerse un pueblo con su lengua, su cultura y su identidad hasta llegar a Europa. Después de leer la historia como fue, creo que a nadie le puede quedar dudas de que la teoría del Sr. Courthiade es imposible.

    LAS INVASIONES MUSULMANAS EN LA INDIA
    Capítulo III – Los Gaznávidas
    Sita Ram Goel (autor)

    Los esclavos capturados por Mahmud de Ghazni, feroz e insaciable conquistador del siglo iniciado con el año 1000 C.E. se cuentan en cientos de miles. Henry Elliot y John Dowson han cotejado las evidencias de fuentes contemporáneas y posteriores – desde Utbi’s Tarikh-i-Yamini, Nizamuddin Ahmad’s Tabqat-i-Akbari, the Tarikh-i-Alai y Khulasat-ut-Tawarikh hasta las investigaciones de eruditos europeos. Mohammad Habib, Muhammad Nazim, Wolseley Haig y otros han estudiado también estas invasiones en detalle. Todas las evidencias apuntan al hecho que durante su diecisiete invasiones, Mahmud Ghaznavi esclavizó un número enorme de gente de la India.
    Cuando Mahmud Ghaznavi atacó Waihind en 1001-02, tomó 500.000 cautivos de ambos sexos. Éste número dado por el cronista Abu Nasr Muhammad Utbi, secretario y escriba de Mahmud, es tan increíble que Elliot lo reduce a 5000. Pero la toma de esclavos era una acción de rutina en toda expedición. Sólo cuando las cifras eran excepcionalmente grandes eran registradas por los cronistas. En el ataque de Mahmud a Ninduna en el Punjab (1014), Utbi relata que había tal cantidad de esclavos que su precio era irrisorio; y hombres de respeto en su tierra nativa (India) eran degradados pasando a ser esclavos de simples comerciantes (en Ghazni). Éstas afirmaciones encuentran confirmación en crónicas sucesivas, incluso las de Nizamuddin Ahmad en su obra Tabqat-i-Akbari, que afirma que Mahmud obtuvo grandes despojos y una enorme cantidad de esclavos. Al año siguiente, desde Thanesar, según Farishtah, el ejército musulmán llevó a Ghazni 200.000 cautivos de modo que la capital parecía una ciudad india, por cada soldado del ejército había muchos esclavos. Más esclavos fueron tomados en Baran, Mahaban, Mathura, Kanauj, Asni, etc. Cuando Mahmud regresó a Ghazni en 1019, el botín consistía en 53.000 cautivos. Utbi dice que el número de de prisioneros puede ser concebible por el hecho de que cada uno era vendido entre dos y diez dirhams. Éstos fueron llevados luego a Ghazna, y los mercaderes venían desde diferentes ciudades para comprarlos, tanto que los países de Mawarau-un-Nahr, Iraq y Khurasán estaban llenos de ellos. Tarikh-i-Alfi añade que la quinta parte que obtuvieron los Saiyyads fue de 150.000 esclavos, por lo que el total de cautivos llegaría a 750.000.

    Antes de continuar, tratemos de responder a dos preguntas que emergen de este estudio. 1) ¿Cómo era possible que tan grande número de personas pudieran ser esclavizadas? ¿No había Resistencia de parte de ellos? y 2) ¿Qué hicieron los vencedores con todos estos cautivos?

    Durante la Guerra no era fácil par alas hordas musulmanas capturar tropas enemigas. Ellos también eran hombres de guerra bien preparados. Pero capturar soldados era su especialización. Comandos entrenados circundaban a grupos de personas, eran expertos en enlazar y tender redes, luego una vez apresados les herían y les hacían indefensos, atándoles con cuerdas y cadenas de hierro. Luego, la población civil era fácilmente apresados una vez que los soldados habían sido muertos en combate. Los cautivos eran aterrorizados. Era una práctica común hacer pirámides con las cabezas cortadas de los soladados vencidos. Todos los cautivos eran atados de pies y manos y controlados bajo estricta vigilancia de guardias armados hasta que eran completamente desanimados y prontos para ser esclavos, convertidos, vendidos y usados para las tareas más serviles.
    En una carta, Hajjaj instruyó a Muhammad bin Qasim cómo tratar al adversario. La ley establecía que a los infieles se les debía cortar la cabeza y hacer una gran matanza, luego a los sobrevivientes se les perdonaba la vida sólo si aceptaban la conversión al islam. Los hombres debían ser separados de sus mujeres, los niños de sus padres y madres, y ser todos vendidos por separado a distintos señores para que no puedan recobrar fuerzas. Así es como pudieron esclavizar a miles de personas en Debal, Rawar, Brahmanabad y en toda la India. En Brahmanabad, después de la matanza, todos los prisioners de menos de 30 años fueron encadenados. Todos los que tenían fuerzas suficientes para tomar armas fueron decapitados.
    Así es como Mahmud de Ghazni logró esclavizar a 500.000 hombres y mujeres en Waihind después de haber matado a 15.000 guerreros en noviembre 1001 C.E. Utbi nos informa que en Jaipal, el rey Hindu Shahiya de Kabul, sus hijos, nietos, sobrinos, parientes y nobles de su tribu fueron hechos prisioneros, y atados con cuerdas fueron llevados ante el Sultan (Mahmud) como delincuentes comunes. En toda campaña de Mahmud después de una gran carnicería seguía la toma de esclavos. Los cautivos no eran torturados solo físicamente, sino humillados moralmente. Eran expuestos a público ridículo. (siguen relatos espeluznantes que me llevaría mucho tiempo transcribir)

    Y ahora la segunda pregunta: ¿Qué hacían los vencedores con tantos esclavos capturados? En los días de Muhammad bin Qasim y Mahmud Ghaznavi eran vendidos en los mercados de esclavos en todo el imperio musulmán. Los esclavos habían ya sido convertidos al islam (la alternative a la conversión era la muerte). Luego los hombres eran vendidos en mercados separados de sus mujeres, las cuales eran conducidas al servicio de los harenes en países árabes. Los niños eran vendidos aparte, para ser educados según las leyes islámicas. La cultura de los prisioneros fue abolida completamente. Los hombres eran empleados sobre todo en la construcción de edificios y carreteras y otros trabajos rudos. El Mercado de esclavos fue más floreciente que nunca.
    Mahmud de Ghazni marchó sobre el Hindustan una y otra vez para extender su jihad y la religion musulmana, saquear los temples, esclavizar pueblos, venderlos como esclavos, y aumentar el número de musulmanes por la conversión forzada de los cautivos.

    #5097
    Administrator
    Superadministrador

    HISTORIA DE LOS PRIMEROS GITANOS EN AMERICA

    Documento de diversos autores (ver Bibliografía al final) que recopila una serie de datos históricos.

    1. Cuatro Rrom en el tercer viaje de Cristóbal Colón

    El tercer viaje del invasor Cristóbal Colón partió de Sanlúcar de Barrameda el miércoles 30 de mayo de 1498, con ocho carabelas y doscientos veintiséis personas, entre soldados y delincuentes. Se ha confirmado que entre este grupo de personas iban los primeros cuatro Rom que pisaron tierras de lo que hoy es América: Antón de Egipto, Macías de Egipto, Catalina de Egipto y María de Egipto (BOYD BODMAN, 1985: 171).

    El alistamiento de hombres para esta campaña no fue nada fácil. Tal era el desprestigio en que estaba la empresa de las Indias que, como medida imprescindible, el 22 de junio de 1497 la Corona española concedió el indulto a todos los criminales que quisieran ir a vivir a Quisqueya, llamada La Española. Se exceptuaron de este indulto a los herejes, a los monederos falsos y a los sodomitas, pero no a los Rom, pese a que en muchas ocasiones se les daba ese calificativo.

    Al parecer estos cuatro Rom que se embarcaron en una de las carabelas del tercer viaje de Cristóbal Colón se acogieron al indulto ofrecido por la Corona española el 22 de junio de 1497. En los registros existentes que relacionan los nombres de las personas que fueron reclutadas en este viaje, se dice explícitamente que los cuatro Rom habían sido condenados por homicidas, pero lo más seguro es que su prisión haya estado motivada por la persistencia de los Rom en mantener su forma de vida y costumbres.

    Desde los primeros años de la llegada de grupos familiares Rom a España, en el siglo XV como pretendidos peregrinos a Compostela, éstos venían padeciendo las consecuencias de una persecución jurídica que cada día se incrementaba más y que penalizaba todos los aspectos diferenciadores de su opción civilizatoria, con la pretensión de obligarlos a renunciar a ella y de esta manera ajustarlos a los patrones de vida fundados en el orden medieval.

    Los Rom se convierten en la sociedad española del siglo XV en sujetos subversivos que no encajan en los requerimientos de sumisión y control pretendidos por la Corona y la Iglesia. El hecho de permanecer en el Reino y no “adaptarse” al modelo de ciudadanía propuesto por la monarquía y las autoridades religiosas, los convertirá, casi desde el momento de su arribo a tierras ibéricas, en transgresores del ordenamiento jurídico imperante.

    Pese a que el discurso oficial sobre la “peligrosidad social” de los Rom no se consolidará sino hasta un siglo después, ya en el siglo XV había voces oficiales que exigían medidas encaminadas a borrarlos de la faz de la tierra. De esta manera “la legislación específica sobre Gitanos se viene dictando, con variaciones mínimas, desde los Reyes Católicos hasta Carlos III y no hubo un solo monarca que no dictara alguna medida contra los Gitanos” (SÁNCHEZ ORTEGA, 1972: 26).

    La discriminación jurídica, como quiera que dedica normas especiales y específicas contra los Rom, pone de manifiesto una actitud abiertamente racista y xenófoba por parte de los legisladores, que convertía a los Rom en objeto de todo tipo de agresiones, violencias y, en fin, violaciones a sus más elementales derechos. El espíritu de la legislación permitía que cualquier persona pudiera elevar acusaciones y condenar a un Rom por la supuesta comisión de delitos, muchas veces insignificantes y otras veces, la mayoría, ficticios, como pudo haber ocurrido con los cuatro primeros Rom que pisaron América que figuraban como homicidas cuando seguramente otra había sido la causa de su prisión y ulterior condena.

    Las leyes se encargaban de ofrecer “beneficios” a las personas que encontraban a los Rom desobedeciendo dichas leyes:

    “Que dentro de seis meses después de la publicación desta Pragmática ninguno de los Gitanos que hoy tienen ese nombre, se atreva a salir del lugar donde actualmente viviere y el que fuere aprendido por los caminos quedará por el esclavo del que lo cogiere” (Novísima Recopilación de Leyes de España, ahora en adelante NRLE, Ley IV promulgada por Felipe IV el 9 de mayo de 1693).

    La misma ley de Felipe IV establece que un solo rumor hacia un Rom es más que suficiente para iniciar un proceso sumario de detención y condena:

    “Que se puedan prender en el lugar que se hallasen así de asiento como de paso a los dichos delincuentes, no solo in fraganti, sino con cualquiera noticia que se les diere dellos y presos los remitan con la sumatoria que hubieren hecho” (NRLE, Ley promulgada por Felipe IV el 9 de mayo de 1693).

    En otra Pragmática puede leerse lo siguiente:

    “Si fuera hombre incurra en pena de seis años de galeras y si fuere mujer en la de cien azotes y el destierro de estos Reinos, sin que para la ejecución de estas penas se necesite de más averiguación ni proceso que la misma aprehensión de la persona o la cosa ocultada y el testimonio de no hallarse en el registro, lo cual sea bastante para condenar en las dichas penas y para que se ejecuten sin admitir apelación ni otro remedio alguno” (NRLE, Pragmática del 12 de junio de 1695 expedida por Carlos II).

    Otro de los textos que permiten comprender la facilidad y rentabilidad de acusar a los Rom de algún delito, real o ficticio, es el que se transcribe, en algunos apartes, a continuación:

    “Y todo los bienes que se hallaren a los dichos Gitanos al tiempos de su prisión, y que sean suyos propios, se aplican desde luego para que por mano de la Justicia que hubiere prevenido y conociere de la causa según va dicho, se distribuyan entre las personas que hubieran asistido a ejecutar la prisión” (NRLE, Pragmática del 12 de junio de 1695 expedida por Carlos II).

    Estas leyes y muchas más, donde se ofrece a los acusadores o captores parte de los bienes de los Rom que sean encontrados contraviniendo alguna de las leyes de la época, hacen dudar de la autenticidad de muchas de las acusaciones, ya que como se ha visto existe una abultada predisposición jurídica contra el pueblo Rom.

    2. Algunas causas de la llegada de grupos familiares Rrom a América

    Principalmente tres fueron los focos de migración y dispersión de los Rom hacia América: Gran Bretaña, Portugal y España, que eran los imperios más importantes de la época.

    Varios son los elementos a tener en cuenta para analizar esta migración y todos ellos presentan un alto grado de racismo y discriminación contra el pueblo Rom. En los siguientes párrafos se intentará plantear algunas proposiciones para argumentar las posibles causas de la llegada de grupos familiares Rom a tierras americanas.

    En 1499 los Reyes Católicos incrementaron la persecución legal que atacaba los aspectos más sensibles de las señas nacionalitarias e identitarias del pueblo Rom. Éstas disposiciones legales de mantendrán incólumes incluso en la Pragmática del 19 de septiembre de 1783 sancionada por Carlos III. Del cúmulo de disposiciones legales en las cuales, directa o indirectamente, se refieren a los Rom, se pueden colegir las causas de la llegada de los Rom a América.

    2.1. Seguridad por sus vidas y protección a la integridad personal

    Los católicos monarcas habían dispuesto en 1499 que todo aquel Rom que no renunciara a sus usos y costumbres y forma de vida, tales como “lengua, traje y modales”, se les “cortará las orejas”. Estas primeras medidas legales ya apuntan directamente contra las bases culturales del ser Rom:

    “Mandamos a los egipcianos que andan vagando por nuestros Reinos y Señoríos con sus mujeres e hijos, que del día que esta ley fuera notificada y pregonada en nuestra Corte y en las Villas, Lugares y Ciudades que son cabeza de Partido, hasta sesenta días siguientes, cada uno de ellos vivan por oficios conocidos y mejor supiesen aprovecharse estando de estada en los Lugares donde acordaren asentar o tomar vivienda de señores a quien sirvan y les den lo que hubieren menester y no anden vías juntos viajando por nuestros Reinos como lo hacen o dentro de otros sesenta días primeros salgan de nuestros Reinos y no vuelvan a ellos en manera alguna so pena que si en ellos fueren hallados o tomados sin oficio, sin señor, juntos, pasados los dichos días, que den a cada uno cien azotes por la primera vez y los destierren perpetuamente de estos Reinos, y por segunda vez que les corten las orejas, y estén sesenta días en la cadena y los tornen a desterrar como dicho es. Y por la tercera vez que sean cautivos, de los que tomaren parte toda su vida, que si hecho el dicho pregón fueren o pasasen contra susodicho, mandamos a los nuestros Alcaldes y Alguaciles de cualquiera Ciudades, Villas y Lugares de nuestros Reinos y Señoríos que ejecuten las dichas penas en las personas y bienes de cualquiera de los susodichos que vinieren o pasaren contra lo susodicho” (NRLE, Ley 12, Título 2, Libro 8R).

    La Pragmática de Carlos III remplaza el cristiano corte de orejas por la aplicación de un degradante hierro de fuego en las espaldas,”que se tendrá dispuesto en la cabeza de Partido con las armas de Castilla”. Esta marca se aplicaba “inmediatamente sin figura de juicio”, de no existir acuerdo, el Consejo, como instancia judicial más alta del Estado, se reservaba la última decisión. La marca servía, según los juristas de la época para “acreditar eventuales reincidencias”. Como se ha visto anteriormente, las acusaciones hacia los Rom se estimulaban legalmente, de tal manera que otra nueva denuncia de “haber vuelto a la vida anterior” les conducía “irremisiblemente” a la horca, con lo que se “intentaba frenar el uso del arbitrio sentenciador por parte de los jueces, convirtiéndose en meros ejecutores de una rígida matemática punitiva” (GÓMEZ ALFARO, 1997: 4).

    2.2. La perspectiva de las galeras

    españa necesitaba de todos los brazos disponibles para poder movilizar los navíos con mercancías y solados. ¿Dónde encontrarlos? La respuesta no se hizo esperar: al criminalizar a los Rom se dejaba abierta la puerta para poder suplir tan prioritaria urgencia. Sobre el particular en 1593 Carlos I y Juana de Toledo y más tarde en 1560 Felipe II, ordenaron:

    “Mandamos que la pena impuesta por la Pragmática de Medina contra los egipcianos, se entienda conforme a lo contenido en esta ley, que si viviendo varón sin oficio o sin vivir con señas en las justicias lo prendan, y al que fuere o fueren las edades de veinte años hasta cincuenta los envíen a nuestras galeras para que sirvan a ellas por espacio de seis años y pasados, mandamos al Capitán de las galeras y encargamos a conciencia que luego les suelten y dejen libremente a sus tierras” (NRLE, Ley 13, Título II, Libro 8R).

    2.3. Imposibilidad de ejercer sus prácticas económicas tradicionales

    Una de las principales preocupaciones de la Corona española sobre los Rom, era su gran capacidad comercial y su disposición a realizar todo tipo de transacciones comerciales. La preocupación se fundamentaba en su carácter nómade, ya que los Rom al no tener “vecindario fijo” no se les podían cobrar los impuestos de rigor. Esta situación se quiso solucionar cortando de raíz el origen del problema, es decir, prohibiéndole a los Rom el ejercicio de actividades económicas que no fueran las relacionadas con el trabajo de la tierra. “Los oficios que han de tener los Gitanos sean de labranza y no otros” (NRLE, Ley 17, Artículo Y, Título II, Libro F).

    Esta disposición se repitió varias veces, por ejemplo, Felipe II, mediante Cédula del 28 de junio de 1616 ordenaba lo siguiente:

    “Ordenamos y mandamos que todos los Gitanos que al presente se hallaren en nuestros Reinos, salgan dellos dentro de seis meses que se han de contar desde el día de publicación, de esta ley, que los que quisieren quedarse sean avecindándose […] por ningún caso puedan tratar en compras ni ventas de ganado mayores ni menores” (NRLE, Cédula del 28 de junio de 1616).

    Pero ni siquiera en las actividades agrícolas eran asimilados a los demás campesinos dedicados a estas labores, así Carlos V, dictó aún disposiciones más racistas:

    “Que los Gitanos que queden avecindados, según dicho es, no pueden tener en sus casas, ni fuera dellas, caballos ni yeguas, ni servirse dellos de manera alguna; y si los fuesen aprehendidos o se les fuera averiguado que los tienen, incurran en perdiendo de tales caballos y yeguas, cuyo precio se aplica a los gastos de justicia y demás se le dé la pena de dos meses de cárcel” (NRLE, Ley 15, Título II, Libro 8R).

    2.4. Prohibición de hablar su idioma y usar su nombre y vestido

    Todas las disposiciones contra el pueblo Rom tienen como propósito central la prohibición de practicar usos y costumbres inherentes a su identidad cultural. Para confirmar esto se transcriben algunos apartes de la Ley del 9 de mayo de 1633 promulgada en Madrid por Felipe IV, por ser no de los ejemplos más relevantes de la manera como el poder y la autoridad intentan invisibilizar a como de lugar a todo un pueblo. Es tal el deseo de borrar el rastro de su presencia que incluso se prohíbe que se les vuelva a llamar Gitanos:

    “Sin que hayan bastado los medios que se han interpuesto desde el año 1499, de así en diferentes leyes, como en otras órdenes que se han promulgado, deseando proveer el último remedio a punto tan importante fue acordado lo que por cuanto estos que se dicen Gitanos ni lo son por origen ni por naturaleza, sino que han tomado esta forma de vivir para tan perjudiciales efectos, sin ningún beneficio para estos Reinos, que de ahí en adelante ellos, ni otros algunos, así hombres como mujeres de cualquier edad que sean no vistan ni anden con trajes de Gitanos, ni usen la lengua, ni se ocupen en los oficios que les están prohibidos y suelen usar, ni anden en ferias, sino que hablen y vistan como los demás vecinos de estos Reinos y se ocupasen de los mismos oficios y menesteres de modo que no haya diferencia de unos y otros, so pena de doscientos azotes y seis años de galeras a los que contraviniesen en cualquiera de los casos referidos y la pena de galeras se conmute en destierro del Reino de las mujeres […]

    “Que so las mismas penas dentro de dos meses salgan los susodichos de los barrios en que viven con nombre de Gitanos y que se dividan y mezclen entre los demás vecinos y que no hagan juntas en público ni en secreto […]

    “Y para extirpar de todo punto el nombre de Gitanos, mandamos que no se los llame ni se atreva ninguno a llamárselo y que se tenga por injuria grave y como tal sea castigada con demostración y que ni en danzas ni en otro acto alguno se permita acción ni representación traje ni nombre de Gitano” (NRLE, Ley 16, Título II, Libro 8R).

    2.5. Confinamiento: prohibición de su itinerancia

    No solamente se les prohibía asistir a ferias y mercados, también se les obligaba a permanecer en un solo lugar ya que su salida era duramente castigada. El negar su libre andar fue la más penosa prohibición para los Rom y todas las disposiciones legales restringían gradualmente su trashumancia y aumentaba las penas. Incluso para aquellos Rom que se “avecindaron” se limitaba su andar. De esta manera se lee en la Pragmática del 12 de junio de 1695, lo siguiente:

    “Que so la misma pena no pueden los dichos Gitanos avecindados salir de los lugares en que tuvieren vecindad, ni pasar a otros, ni vagar en los caminos y campos, por que solamente han de poder salir de los lugares para el ejercicio de la agricultura que les he permitido; y en caso que tengan necesidad de pasar a otro lugar por alguna dependencia propia, deberán pedir licencia a las justicias, según la causa y razón que propusieren, por el tiempo y con las circunstancias que convengan”(NRLE, Pragmática del 12 de junio de 1695).

    2.6. Presión social

    Varios elementos hacen parte de la presión social a que estaban permanentemente expuestos los Rom en este período, ya no sólo las percusiones de los vecinos que con codicia deseaban quedarse con parte de sus pertenencias, realizando falsas acusaciones, o de aquellos que viendo en ellos una competencia para sus actividades económicas los denunciaban de vagancia o robo, ni tampoco de aquellos que incómodos por tener de vecinos a alguien que no estaba arraigado a la tierra decidían acudir ante las autoridades para que se les suspendiera el permiso de avecindamiento, sino que la misma ley penalizaba con rigor cualquier apoyo que se les brindara por parte de los pobladores de la sociedad mayoritaria. Leyendo los apartes de la Pragmática del 12 de junio de 1695 que a continuación se transcriben, queda claramente establecido como la Corona penaba la solidaridad entre los pueblos:

    “Y porque entendemos que la permanencia de los Gitanos en estos Reinos ha dependido del favor, protección y ayuda que han hallado en personas de diferentes estados, ordenamos que cualquiera contra quien se probare haber favorecido, receptado auxiliado, después del día de publicación de esta Pragmática, en cualquier forma dentro o fuera de sus casas, a los dichos Gitanos, incurra siendo noble en la pena de seis mil ducados aplicados a nuestra Cámara y gastos de Justicia por mitad; y siendo plebeyo a diez años de galeras, y declaramos que para proceder a estas penas se tenga por legítima y concluyente probanza la de dos testigos íntegros, sin tacha ni sospecha, aunque depongan de actos singulares, o de tres deposiciones de los mismos Gitanos, hechas en torturas aunque sean también singulares” (NRLE, Pragmática del 12 de junio de 1695).

    Se tenía prohibido a los Rom, bajo duras penas, practicar artes diferentes a la agricultura, pero aún en aquellos casos donde su “buen avecindamiento” les hacía merecedores al permiso para ejercer otro oficio, los mismos gremios se negaban a recibirlos en su seno. Es el caso del gremio de herreros que en carta fechada el 12 de noviembre de 1794, dirigida a Pedro Escolano de Arrieta, expresaba en uno de sus acápites “que todos los Gitanos aquí domiciliados están ocupados principalmente en la herrería, sobre lo cual hay más repugnancia de parte de los castellanos (Citado por: SÁNCHEZ ORTEGA, 1972: 87).

    2.7. Temor por la desestructuración de los patrigrupos familiares

    La extensión de las familias Rom, donde tíos, primos, sobrinos, nietos y abuelos son parte esencial, se vio fuertemente violentada por las leyes racistas de la Corona española en este período histórico del que se habla. Cientos de miles de familias Rom fueron desarticuladas y arrasadas. Por Decreto Real Carlos I y Juana de Toledo ordenan a través de la Pragmática del 11 de septiembre de 1560, que los Rom que transgredan las leyes “[…] siendo de menos de edad de los dichos veinte años sean llevados a los hospicios” (NRLE, Ley 13, Título II, Libro 8R), con lo que quedaba legalizado en la práctica el secuestro de menores de edad y su confinamiento en hospicios, lejos de su familia y de su ámbito cultural.

    El 30 de julio de 1749 en toda España se llevaría a cabo la detención de aproximadamente doce mil Rom entre hombres mujeres, niños y niñas, en un operativo cuyo autor intelectual fue el Obispo de Oviedo Gaspar Vásquez Tablada. Los varones que cayeron en esta gigantesca redada fueron remitidos a los arsenales de Cádiz, Cartagena y Ferrol, en tanto que las mujeres detenidas fueron llevadas a los depósitos situados en Málaga, Zaragoza y Valencia. Por su parte las niñas pasaron directamente a los hospicios para “aplicarlas a servir o a las fábricas” en donde permanecerían recluidos hasta obtener la mayoría de edad, mientras que los niños corrieron una suerte similar y fueron conducidos unos a hospicios y otros a los arsenales.

    Sin embargo ya existían antecedentes de esta práctica aberrante de quitar los niños y niñas a sus respectivas familias para alejarlos de su entorno familiar y de su mundo cultural. En las Cortes de Castilla el 19 de marzo de 1594, por ejemplo, los Procuradores aprobaron duras medidas para “disipar y deshacer de raíz este nombre de Gitanos y que no haya memoria de este género de gente” (ACTAS DE LAS CORTES DE CASTILLA, 1887: 220). En ese contexto recomendaban separar hombres de mujeres en provincias apartadas y aconsejaba incentivar el mestizaje prohibiendo los matrimonios endógamicos. Además aprobaron “que a todos se les quietasen los hijos e hijas, y los de diez años abajo se pusieran en la casa de los niños de la doctrina, donde les enseñen a ser cristianos y, de allí, teniendo más edad, se pusiesen los varones a aprender oficios y las mujeres a servir” (Citado por: GÓMEZ ALFARO, 1991: 189).

    Luego de este breve recorrido por apenas una parte de una legislación cargada de infamia y desprecio contra los derechos del pueblo Rom, no es de extrañar que los Rom decidieran llevar su diáspora a América, sino las razones que tuvieron cientos de grupos familiares Rom para quedarse en España y Europa soportando tan dramáticas condiciones.
    [color=#008000]
    3. …Y los Rrom fertilizaron a América
    [/color]
    En toda Europa los Rom se habían tornado en una población altamente subversiva e insumisa. Quebraban las fronteras de los nacientes Estados, subvertían el ordenamiento jurídico de las sociedades en las que se instalaban, transgredían las leyes de circulación y tránsito existentes en ese entonces, desobedecían las rígidas leyes fiscales y aduaneras, no se ajustaban a las ortopedias construidas por las normas morales y religiosas… Al igual que en España la totalidad de monarquías europeas de la época tomaron medidas represivas ya sea para expulsar o asimilar a los Rom.

    Catalina La Grande promulgó leyes para convertir a los Rom de Rusia en esclavos de la Corona, –Radi Koron–. De la misma manera los Estados del Danubio no sólo subyugaban a los Rom dentro de sus fronteras domésticas, sino que pronosticaban el mismo destino para aquellos desafortunados que cruzaran sus fronteras (REDZOSKO, 1982: 1). Por su parte los en Europa Occidental los gobiernos estaban desplegando ingentes esfuerzos para deshacerse, a como diera lugar, de los Rom.

    En 1568 el Papa Pío V intentaba expulsar a todos los Rom de los dominios de la Iglesia Católica. Similares órdenes de expulsión ya estaban en aplicación en diversos países, lo que en última instancia resultó en un permanente ir y venir de grupos familiares Rom que eran expulsados consecutivamente de un país a otro, puesto que nadie los quería en sus dominios.

    Por las investigaciones de Mellode Moraes Filho (1886) se sabe que en los siglos XVII y XVIII varios grupos familiares Rom, fueron enviados a trabajar a las colonias portuguesas en África y Brasil. Así mismo estos autores hacen alusión a la victimización de “comunidades enteras de Ciganos contra los que el rey Juan V tenía un odio obsesivo”. Fue así como Rom de todas las edades y sexos eran embarcados en sucesivas levas hacia Brasil y Angola sin que se hiciera ningún cargo específico contra ellos. Al parecer solo bastaba que fueran Rom para ser considerados delincuentes y desterrados fuera de la península Ibérica. Como en el caso español los procedimientos eran sumarios e inapelables.

    En un trabajo sobre la contribución Rom a la cultura brasileña su autor planteaba que creía que “la nación brasileña, desde el más alto, hasta el más bajo, está fuertemente teñida con sangre Gitana” (MORAES FILHO, 1886:32) y escribiendo sobre las Indias Occidentales Mac Rithie, citado por Redzosko (1982: 22) se preguntaba “hasta que punto la gente de esos lugares hoy están en posesión de sangre Gitana del siglo XVII”.

    Un Decreto de agosto de 1685 ordenó un desembarco de Rom desde los asentamientos en África como Cabinda, Quicombo y Mossamedes hacia Maranhao, una vasta colonia en el norte de Brasil (DA COSTA, 1996: 47). Cristina Da Costa (1996: 47 y ss.) comenta que el primer Rom del que existen registros que llegó a tierras de lo que hoy es Brasil lo hizo en 1574: “El primer Gitano que llegó a Brasil fue Joao Torres, en 1574, que había sido expulsado de Portugal. A éste le seguirían muchos otros, y a todos les acompañaba el estigma de la persecución de que habían sido objeto en toda Europa”.

    Durante los siglos XVI y XVII los rom se extenderían por todo el Brasil. Los estados de Río de Janeiro, Sao Paulo, Bahía, Minas Gerais y Pernambuco, fueron los centros de llegada favoritos de los contingentes Rom.

    En 1781 la ciudad de Bahía se convirtió en el punto central de descarga de Rom de Portugal. Se ordenó al gobernador del momento que prohibiera a los Rom hablar su lengua o enseñarla a sus hijos, para que de esta manera se extinguiera rápidamente (MORAES FILHO, 1886: 24)

    La similitud con las disposiciones legales referentes a los Rom que tomó la Corona española son sorprendentes, lo que se puede atribuir, entre otras razones, a la notable influencia que la Iglesia Católica ostentaba en la península Ibérica.

    En 1808 llega la familia real portuguesa a Brasil y con ella un número importante de Rom que en la Corte de Joao VI eran muy estimados como artistas; además ejercían como herreros y merinos, o sea, oficiales de justicia. Da Costa (1996: 48) comenta sobre el particular

    “Así pues los Gitanos fueron los primeros oficiales de justicia del país, y muchos del grupo Calón aún ejercen hoy esa profesión en el Forum de la ciudad de Río de Janeiro. Uno de los más famosos organizadores de las fiestas de la Corte era el Gitano Conde de Bonfim, que hoy da el nombre a una de las calles de la ciudad […] Hasta entonces sólo llegaban a Brasil Gitanos venidos de Portugal y raramente de España (los Calons). A partir de 1882, con la independencia de Brasil, llegarían los Rom no Ibéricos”.

    De otro lado, para el caso de Argentina, Perla Migeli (1991:25) ubica la llegada de los Rom a La Pampa hacia mediados del siglo XVIII. Sobre el particular refiere que en dicha época “un viajero cuenta que encontró una caravana de Gitanos que venía de Estados Unidos a través de México y la América Central hacia la Argentina”.

    En Francia las órdenes de expulsión de Rom datan de 1427 per sólo esporádicamente se aplicaron en fechas tempranas. Antes de 1560 se ordenó a los Rom que dejaran Francia inmediatamente o serían enviados a galeras, como ocurría en España para esas mismas fechas. En 1682 Luis XIV dictó para toda Francia una ordenanza que en uno de sus apartes decía:

    “Arrestar o causar arresto de todos esos que se llaman Bohemios o Egipcios […] asegurarse de que los hombres sean conducidos a las cadenas de convictos de nuestras galeras y que sirvan allí a perpetuidad, y en cuanto a las mujeres, ellas serían azotadas y desterradas del Reino, todo esto sin ninguna otra forma de juicio” (DE FRÉMINVILLE, Citado por REDZOSKO, 1982: 1).

    A las colonias francesas de Norteamérica los Rom probablemente llegaron unas dos décadas después de esta orden de 1682, así por lo menos se puede inferir después de leer que:

    “Hay una colonia de “Gitanos” en Biloxi Bay en Louisiana (ahora en Mississippi), que fueron traídos y colonizados por el francés en un temprano período del primer asentamiento del Estado (ca. 1700). Ellos son Gitanos franceses y hablan el idioma francés. Se llaman así mismo “Egipcios” o “Gitanos” (JONES, 1874: 189-190).

    Fréderick L. Olmsted, citado por Redzosko (1982: 2 y ss.), suministra una visión interesante de los Rom en la Norteamérica francesa, relatando una conversación de un plantador local, mientras estaba de visita en Louisiana:

    “Después pasé la noche en la casa de un colono blanco que me contó que cuando era niño había vivido en Alejandría. Estaba entonces bajo dominio español y la gente era de todas las clases. Franceses y españoles, y Egipcios e indios, y mulatos y negros.

    – ¿Egipcios?

    Sí, pero algunos de los viejos Egipcios.

    – ¿De dónde venían?

    De algunas islas del norte.

    – ¿Qué idioma hablaban?

    Bueno, tenían una lengua propia que algunos usaban entre ellos, egipcio, supongo, pero hablaban también francés y español.

    – ¿De qué color eran?

    Eran negros, pero no muy negros. Oh, eran ciudadanos tan buenos como cualquiera.

    – ¿Se mantenían cerrados en sí mismos y se casaban entre sí o también lo hacían con compañeros blancos?

    Se casaban principalmente con mulatos, creo. Había muchos mulatos en Alejandría entonces, negros libres, cuyos padres eran hombres franceses y españoles, sus madres negras. Muchos de ellos tenían también sangre egipcia. Los Egipcios eran probablemente Gitanos españoles, aunque nunca oí que alguno de ellos estuviera en América de cualquier forma”.

    Alemania, igualmente hacia notables esfuerzos por deshacerse de los Rom que se encontraban en sus territorios desde su llegada a principios del siglo XV y encontró en su colonia norteamericana de Pennsylvania, un lugar adecuado para deportarlos. Shoemaker, citado por Redzosko (1982: 13), refiere el desastre causado por la Guerra de los Treinta Años, que desbastó la tierra del Rin, lo cual desató una ola de emigración Palatina; individuos que se “vendían” a si mismos por el precio de un pasaje a América. “Esta especie de servidumbre y la venta de emigrantes por un pasaje no es poco de lo que caracteriza una esclavitud voluntaria y se denominó en el momento como “comercio de esclavos germano”.

    Un recuento fechado en 1528 estimaba que había alrededor de diez mil Rom en las islas británicas, antes de ese año. Dos años después, la primera ley anti Rom era aprobada, y cualquier Rom que entrara a Inglaterra tendría su propiedad confiscada y se le ordenaba irse en el lapso de dos semanas. Antes de 1554 las primeras deportaciones tuvieron lugar, primero a Francia y luego a Noruega, donde se les dejaba a los Rom por la noche en las playas, con frecuencia para al cabo del tiempo ser devueltos nuevamente a Inglaterra en forma similar (HANCOCK, 1977: 6 y ss.). En la época de Oliver Cromwell, un siglo después, se había convertido en ofensa de horca no sólo nacer Rom sino para los pobladores de la sociedad mayoritaria, asociarse con ellos.

    Fue durante la administración de los sucesores de Cromwell, en especial de su hijo Ricardo, cuando desde Gran Bretaña se ordenó la primera gran expulsión trasatlántica de Rom:

    “En 1661, “Órdenes e Instrucciones” se dirigieron a jueces y guardias, por Ley del Parlamento con la visión de arrestar Gitanos […] Gran número de Gitanos deben haber sido deportados a las “plantaciones” británicas en Virginia, Jamaica y Barbados durante la segunda mitad del siglo XVII. Que allí tendrían que sobrellevar una temporal, sino “perpetua” servidumbre parece muy probable” (MAC CRITCHIE, Citado por REDZOSKO, 1982: 13).

    Una referencia fechada en noviembre de 1665 deja ver una de las grandes motivaciones de las deportaciones masivas de Rom y “otras gentes” de los países de Europa:

    “La ligera consideración concedida al derecho personal de los individuos se demuestra en la deportación al por mayor de pobres en esta época hacia las Indias Occidentales […] con el deseo también de promover las plantaciones escocesas e inglesas en jamaica y Barbados por el honor de su país y para liberar al Reino del peso de muchos mendigos perezosos y otras personas disolutas e inmorales estigmatizadas por grades crímenes” (REDZOSKO, 1982: 14).

    En 1714 ante la escasez de mano de obra, los plantadores británicos solicitaron permiso al Consejo del Monarca para embarcar contingentes Rom al Caribe para ser usados como esclavos. Al año siguiente, según un documento que data del 1 de enero de 1715:

    “Se sentenció a los prisioneros a ser transportados a las plantaciones por ser Gitanos por hábito y reputación […] Sobre los mencionados Gitanos al venir a la ciudad se han convertido en una carga y se ha hecho trato con varios comerciantes que tienen barcos ahora yendo al extranjero, para transportarlos como esclavos, por lo que van a recibir trece libras” (MEMORABILIA OF CITY GLASGOW, Citada por REDZOSKO, 1982:15).

    Al igual que la isla de Cuba sirvió para el tránsito de esclavos, africanos, indígenas y Rom, a las colonias españolas, Barbados se convirtió en un área intermediaria para la distribución de esclavos a otros territorios británicos en el hemisferio occidental, durante muchos años. Aunque dirigidos a Virginia, Jamaica u otro sitio, grandes cantidades de esclavos pasaban primero que todo a través de esta isla caribeña (HANCOCK, 1977:7).

    La noción Rom estaba bien establecida en la tradición popular de las Indias Occidentales. Richardson Wright (1938: 123 y ss.) cuenta del pánico que la llegada de los Rom a Jamaica causó a principios del siglo XX porque eran considerados como personas bajas y socialmente peligrosas.

    El internacionalmente renombrado Carnaval Pre-Cuaresma de Trinidad y Tobago, tiene una sección Rom y las costumbres reflejan con colorido y precisión el estereotipo de Hollywood. Incluso hay también un calypso muy conocido que lleva por título “Gitano”. Desde luego, es posible que este retrato se deba más a la literatura de ficción moderna importada de Gran Bretaña que a cualquier continuo ininterrumpido desde el siglo XII, sin embargo no deja de ser altamente significativo esta huella cultural de los Rom en el Caribe, que puede ser evidencia de su presencia histórica en la región. (WRIGTH, 1938: 123 y ss.).

    Los esclavos Rom pudieron haber sido absorbidos dentro de la población blanca empobrecida de siervos, principalmente irlandeses y escoceses, pero también es bastante probable que se hayan reunido con poblaciones indígenas y afrodescendientes, para escapar de la fuerte presión ejercida por las autoridades y las leyes que los querían tener bajo sujeción. Sobre el particular Bercovini, citado por Wright (1938: 125), argumentaba que “Es muy posible que estos Gitanos, entonces en Barbados, buscaran refugio con los indios, se intercasaran y fueran asimilados completamente por los aborígenes […] quizás esto podría explicar como algunas costumbres son comunes a los indios americanos y a los hindúes”.

    Hay muchos Rom en los Estados Unidos, especialmente en los estados sureños. Matt Salo (1977:4) piensa que podrían constituir “el más grande entre los grupos Gitanos” en el país. Mientras descendientes de los Rom enviados aquí por los alemanes y los franceses pueden encontrarse aún en las áreas a las que fueron llevados. Los Rom de Betania al ser los más numerosos se han dispersado por todo el país y las aseveraciones sobre su historia desde su llegada son muy provisionales y especulativas. Muchas familias Rom de los Estados Unidos son bien concientes de las circunstancias de su llegada y un examen minucioso de su tradición oral seguramente ayudará a completar la imagen (SALO, 1977: 4 y ss.).

    Como evidencia del carácter discriminatorio de la justicia de los Estados Unidos s encuentra el hecho que los Rom históricamente han estado ubicados como el único grupo étnico contra el que explícitamente se han elaborado normas y disposiciones que son claramente racistas. Hancock (1977: 23 y ss.) trae a colación fragmentos de estas leyes, algunas de las cuales están sin derogar:

    “1. El cuerpo gobernante puede hacer, reformar, revocar y aplicar ordenanzas para regular y hacer concesiones […] a los Gitanos […].

    2. Después de la vigencia […] será ilegal para cualquier Gitano establecerse en los límites de cualquier país de este estado, sin haber obtenido previamente una licencia anual para así hacerlo […]

    3. Cualquier persona puede instar a cualquier Gitano a que saque o muestre su licencia expedida dentro de ese país y si se rehúsan a hacerlo, podrá incautarse toda la propiedad en posesión de tales Gitanos […]

    4. En cualquier lugar que se localicen Gitanos dentro de cualquier municipio […] el departamento de salud o el departamento conjunto de salud del condado tendrá poder para ordenar a tales Gitanos a abandonar el dicho municipio dentro del tiempo especificado […]”.

    Estas normas estadounidenses pareciera que se hubieran inspirado en la legislación anti Rom nacida en las entrañas de la Corona española. Las similitudes entre las pragmáticas y cédulas de la Corona española y estas leyes son sorprendentes. Pero lo que más llama la atención es que mientras las primeras hacían parte del orden de una monarquía, las segundas fueron elaboradas en un país supuestamente inspirado en ideales de igualdad, libertad y fraternidad.

    De otro lado, irónicamente, mientras los primeros contingentes Rom fueron llevados a América esclavizados, el gobierno de Estados Unidos prohibido, a fines del siglo XIX, su entrada a se país: “En la segunda mitad del siglo XIX muchos más Gitanos, principalmente de los países eslavos, llegaron a Estados Unidos. Antes de 1885, sin embargo, los Gitanos fueron excluidos por la policía de inmigración y muchos volvieron a Europa” (ELWOOD TRIGG, Citado por HANCOCK, 1977: 23), o tuvieron que conformarse con instalarse en algún país de América Latina.

    4. Rrom arrochelados en Colombia

    Aunque no se han podido encontrar pruebas documentales que confirmen fechas y lugares de ingreso de los Rom a lo que hoy es Colombia, se sabe que el tercer viaje colombino, que contó con cuatro Rom en la tripulación, tenía como punto de llegada Quisqueya, bautizada luego La Española por los invasores, lugar desde donde se organizaba el proceso de colonización hacia otros lugares del continente como lo que hoy es Venezuela y las orillas del río Orinoco.

    Existen algunas referencias históricas que dan cuenta de contactos y relaciones entre grupos familiares Rom y comunidades indígenas y afrodescendientes. Una referencia, fechada en febrero de 1581, demuestra que algunos Rom hicieron el camino por su cuenta. Refiriéndose a la provincia de Charcas, actualmente perteneciente a Bolivia, resalta que grupos Rom “han pasado secretamente a algunas partes de nuestras Indias y que van por ahí con sus trajes nativos y su idioma […] entre los indios a los que embaucan fácilmente por su simplicidad” (COLECCIÓN DE DOCUMENTOS INÉDITOS…, 1872).

    Redzosko (1982: 16 y ss.) para el caso de Estados Unidos menciona que una “comunidad mixta Afro Gitana vive cerca de Atchalafaya en San Martín Parish, a unas 75 millas al sudoeste de Alejandría, aunque se relaciona socialmente con las poblaciones de alrededor blanca negra y amerindia, así como con los Gitanos Vlax Romincal que viven en el Estado”.

    Swan Burnett, citado por Redzosko (1982: 16) creía que los antepasados de los Melungeons de Tennesee “pueden haber entrado en el país como portugueses o Gitanos […] y después algunas familias podrían haberse entremezclado con negros o indios o ambos”.

    Los Rom que llegaron a las Indias después de 1581 tuvieron que hacerlo como pasajeros ilegales, debido a que los reclamos de los gobernadores y autoridades tuvieron eco por lo que Felipe II ordenó en ese año que todos los Rom, sus mujeres, hijos y criados, fueran sacados de las Indias y regresados a España.

    “Y porque en estos Reinos de Castilla, donde la cercanía de nuestras Justicias aún no basta a remediar los daños que causan, son tan perjudiciales y conviene que en las Indias, por las grandes distancias que hay de unos pueblos a otros, y tiene mejor ocasión de encubrir y disimular sus hurtos, apliquemos el medio más eficaz para librarlas de tan perniciosa comunicación, y gente mal inclinada. Mandamos a los Virreyes, Presidentes, Gobernadores y otras cualquier Justicias nuestras que con mucho cuidado se informen y procuren saber si en sus Provincias hay algunos Gitanos o vagabundos oficiosos y sin empleo, que anden en su traje, hablen su lengua, profesen sus artes y malos tratos, hurtos e invenciones y luego de ser hallados los envíen a estos Reinos, embarcándolos en los primeros navíos, con sus mujeres, huís y criados y que no permitan que por ninguna razón o causa que aleguen, quede alguno en las Indias ni en sus Islas adyacentes”. (Citado por: SÁNCHEZ ORTEGA, 1972: 231).

    Esta ordenanza de 1581 sería el punto de partida de las persecuciones de los Rom en el continente americano. Es de suponer que fuertemente presionados por las autoridades y por los vecinos de los poblados donde se establecieron, los Rom debieron unirse a otros grupos proscritos para resistir esta presión. Puede decirse que para la época, la resistencia de los Rom a la asimilación encontrará su expresión más acabada en la constitución de las “rochelas”, en las cuales negros cimarrones, indígenas rebeldes, mestizos descastados, europeos perseguidos, españoles empobrecidos, musulmanes invisibilizados y grupos familiares Rom estigmatizados, construyeron escenarios aestatales para poder sobrevivir y recrear y reinventar sus tradiciones culturales.

    Miguel Izard (1997: 27) recoge el sentir de aquellos pobladores de las “rochelas”, los “arrochelados” que construían sociedades alternativas al orden colonial imperante

    “La nueva sociedad que se estaba perpetrando en las Indias era violenta. Alienante, insoportable; los occidentales convirtieron buena parte del nuevo continente en un enorme campo de concentración, donde eran posibles todo los rostros de la violencia y el sadismo. Ello supuso un considerable rechazo y huída masivos. Africanos que no querían ser esclavos; indios, mestizos y mulatos, jurídicamente libres, que no aceptaban la nueva cultura occidental; blancos criollos y recién llegados del viejo continente, refractarios a la moral que estaban perpetrando gentes de su misma etnia, se refugiaron en distintos santuarios, en lugares más o menos recónditos donde escapar de la represión. Hubo un sinfín de refugios por toda América”.

    Estos fueron los “arrochelados” que recrearon sociedades autosuficientes, con nuevas y solidarias formas de convivencia. Ese fue su delito, subvertir el orden moral y religioso impuesto que les negaba el goce de sus derechos.

    Para seguir la huella de los grupos Rom “arrochelados” se podría tomar como referencia las “rochelas” que se configuraron en diversos lugares de los extensos llanos colombo-venezolanos, durante el siglo XVII.

    “Estos nuevos arrochelados se sincretizaban sin mayor problema, dado que nadie defendía ortodoxia alguna; resistentes, sus miembros tenían en común el mencionado rechazo; y alternativas, puesto que a partir de experiencias bien distintas y como resultado de adaptarse a medios peculiares, reinventaban sociedades autosuficientes que sus miembros sabían opuestas a la violencia que forjaban los occidentales” (IZARD, 1997: 28).

    Los llanos colombo-venezolanos, los mismo que el Caribe colombiano, se fueron convirtiendo en una frontera propicia para las actividades ganaderas. En esas primeras incursiones de los invasores a las sabanas se escaparon equinos y vacunos que pronto se convirtieron en orejanos, salvajes o mostrencos. Ya en 1647 los “arrochelados” tenían su principal actividades económica en la cacería y captura de orejanos: Puesto que no tenían dueño esta actividad aún no se encontraba al margen de la ley, pero posiblemente a principios del siglo XVII, “[…] los empresarios habían pensado en la posibilidad de estos animales a los que primero debía cazarse mediante el rodeo” (IZARD; 1997: 29). A partir de este momento la actividad de los “arrochelados” consistente en cazar orejanos fue juzgado como un delito comparable al abigeato, por lo que los que se dedicaban a ello fueron perseguidos y castigados con duras penas.

    La caracterización que desde España se hacía de los Rom como gente vagabunda y sin oficio conocido, puede ayudar a seguirles sus huellas. Así, en 1779 el capitán general de la zona mandó una circular donde señalaba su preocupación por la gente que llegaba a las Indias atentando contra el ordenamiento jurídico, moral y religioso: “Muy graves perjuicios que padece la quietud pública, seguridad de las haciendas y exacto cumplimiento de las leyes divinas y humanas […] por maliciosa tolerancia que se experimenta en abrigar los dueños o arrendatarios de territorios, gente vaga e indios sin el conocimiento de las justicias” (IZARD; 1997: 37).

    Es bastante probable que los Rom que llegaron en aquella época a tierras de lo que hoy se conoce como Colombia, huyendo de la orden de 1589 antes mencionada, encontraran en las “rochelas” un territorio privilegiado para huir de la persecución incesante a que estaban siendo sometidos: “En las rochelas no sólo querían eludir el pago del tributo, sino también cualquier tipo de control por parte de las autoridades. Igual que ocurriera con los que se negaban a pagar los tributos, también los arrochelados crecían en número con el tiempo, a la par que aumentaban su osadía” (IZARD; 1997: 397).

    Los sabanas de los llanos orientales, así como las del Caribe, eran espacios donde las posibilidades de disolverse en un amplio territorio ofrecía la ocasión de unirse a otros marginados, proscritos y perseguidos que también perseveraban en mantener la dignidad. “Además de acusados de haber cometido delitos de sangre o contra la propiedad, había un sinfín de forajidos a los que se acosaba tachándolos de vagos y malentreñidos” (IZARD; 1997: 41). Otra referencia del 23 de septiembre de 1778 de José Gabaldón, teniente gobernador de Calabozo (Venezuela), dice literalmente que “también algunos mozos que andan aquí de vagos y malentreñidos, dados al juego y correntinas, sin bastarles corrección ni amenazas para que se contengan y arreglen a vivir una vida civil y cristiana” (Citado por: IZARD; 1997: 42), generan muchos inconvenientes para el buen gobierno.

    Una de las inquietudes que surge después de comprender cómo las “rochelas” pudieron convertirse en una estrategia de resistencia étnica de los Rom, es la de no encontrar referencias explícitas que den cuenta de su presencia. La denominación Gitano, Egiptiano o Egipciano no se encuentran en los documentos oficiales de la época pero como sucedáneo aparecen prolijamente nombres como “llovidos”, “vagabundos”, “nómades”, “arrochelados” y un largo etcétera. Esto en parte se puede explicar a partir de la misma legislación contra los Gitanos que prohibió que hasta su nombre fuera mencionado.

    Entre 1700 y 1750 se desató en toda España una gran polémica en torno a la alternativa más adecuada que se debiera seguir para resolver estructuralmente el problema que para las autoridades significaban los grupos Rom que allí establecidos perseverando en sus prácticas nomádicas. Una de las alternativas que se barajó varias veces, aunque nunca se hizo efectiva, fue la de deportarlos masivamente a las Colonias de ultramar. En favor de la alternativa de la deportación, el fiscal Pedro Rodríguez Campomanes, redactó un informe en el que sostenía, entre otras cosas, que los Rom que consiguieron la libertad en 1749 deberían ser trasladados a América y definía un área a orillas del río Orinoco en los llanos colombo-venezolanos, justamente donde Izard (1997: 45 y ss), describe que se extendieron el número de “rochelas”, como la más apta para recibir a los contingentes Rom deportados (GÓMEZ ALFARO, 1982: 318).

    Parte de este informe menciona que

    “Para éstos sería conveniente que Su Majestad los mandase destinar por el mero hecho de contravenir a las Pragmáticas y Real instrucción de 1749, a ser transportados irremisiblemente a las colonias de la Luisiana, islas de Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, La Margarita, a la orilla del Orinoco, población de la Bahía de San Julián e islas de Juan Fernández, en la mar del Sur, porque en estos parajes como abundan los ganados y caballerías, que no tienen precio, cesa la causa del crimen más común de los Gitanos, que es el abigeato y se les debería destinar porción de tierra, como a los demás pobladores, dividiéndoles de modo que en cada pueblo residiesen pocas familias, para evitar todo recelo en lo sucesivo. Los niños, niñas y jóvenes Gitanos de los que están permitidos en el Reino y que en realidad no tengan oficio conocido y no afectado, se deberían transportar generalmente a las mismas colonias e islas de América en que hay tanta necesidad de población, y como son de tierna edad, cansándolos recíprocamente con los naturales del país y entre sí, con la misma advertencia de no poner muchos en cada pueblo, se conseguiría aumentar la población de aquellas colonias […] reduciéndolos a pobladores útiles con gran provecho suyo y ventaja para el Erario Real” (GÓMEZ ALFARO, 1982: 318).

    Otra referencia de especial importancia es el “Proyecto Económico” propuesto por el irlandés Bernard Ward, quien se encontraba al servicio de la Corona española, y según el cual

    “La idea consiste en enviar a los Gitanos a las orillas del Orinoco para formar poblaciones cortas y distanciadas, donde se dedicarían los hombres a la pesca y las mujeres a la salazón; de estas actividades sacarían para comer, permutando parte de la pesca por pan y otros comestibles, hasta tener tiempo para sembrar y coger trigo, maíz, legumbres y algodón para vestirse” (Citado por GÓMEZ ALFARO, 1982: 320).

    Proponía en detalle Ward que las pesquerías Rom del Orinoco podrían ser gestionadas de tal manera que podrían proveer a España y al resto de Europa, para lo cual el monarca debería darle a los Rom que fueran trasladados al Orinoco, el “privilegio de la pesca” (Citado por GÓMEZ ALFARO, 1982: 321).

    Lo más sorprendente del informe emitido por el fiscal Pedro Rodríguez Campomanes era la expresa recomendación que en las remesas destinadas, entre otros lugares a las orillas del río Orinoco, no se especificase el nombre de “Gitanos”, pues según su análisis eso ocasionaría nuevas discriminaciones y exclusiones, que llevaría al rechazo. Sobre el particular puede leerse que

    “Los Gitanos desaplicados y díscolos deberán ser destinados a servir de marineros por un número preciso de años, hasta que aprendan bien el oficio y con el rigor se apliquen al trabajo, y cumplido el tiempo puedan ser remitidos a nuestras colonias de Luisiana, de las islas de Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, La Margarita, a la orilla del Orinoco, población de la Bahía de San Julián e islas de Juan Fernández, en la mar del Sur, para que sean pobladores útiles y la misma remesa se puede hacer de muchachos, excusándose siempre en las remesas el dictado de Gitanos, para que no lleven semejante nota de infamia a los dominios ultramarinos y sean allí despreciados” (Citado por GÓMEZ ALFARO, 1982: 328).

    La que se podría llamar “solución americana” para el “problema” de los Rom en España se estudio largamente por parte de los consejeros de la Corona y, como se dijo, siempre fue una posibilidad latente. Carlos III dejó en manos de sus ministros el encontrar una salida adecuada. Ciertamente ninguna providencia de destierro masivo hacia las colonias ultramarinas fue finalmente aprobada. Pero si los Rom forzadamente no seguirían siendo llevados a las colonias americanas, de manera voluntaria si lo hicieron y quebrando los rígidos controles coloniales, cruzaron el Atlántico como pasajeros clandestinos, como “llovidos”, fertilizando a América y enriqueciéndola con su patrimonio cultural e intelectual.

    Bibliografía

    AUTORES VARIOS. Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones españolas de América y Oceanía sacados de los Archivos del Reino y muy especialmente de las Indias. Imprenta Nacional. Madrid. 1872.

    AUTORES VARIOS. Novísima recopilación de Leyes de España. Imprenta Nacional. Madrid. Sin Fecha.

    AUTORES VARIOS. Actas de las Cortes de Castilla, Tomo XIII. Sucesores de Rivadeneyra. Madrid. 1887.

    PETER BOYD BOWMAN. Índice Geobiográfico de más de 56 mil Pobladores de la América Hispánica I. Instituto de Investigaciones Históricas. Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM. Fondo de Cultura Económica. México, D.F. 1985. P.171.

    CRISTINA DA COSTA. Los Gitanos en Brasil. En: I Tachatchipen No. 13. Instituto Romanó de Servicios Sociales y Culturales. Barcelona. Enero-Marzo de 1996.

    ANTONIO GÓMEZ ALFARO. La polémica sobre la deportación de los Gitanos a las colonias de América. En: Cuadernos Hispanoamericanos No. 386. Madrid. Agosto de 1982.

    ANTONIO GÓMEZ ALFARO. La Reducción de los niños Gitanos. En: Historia de la Educación No. 10.Salamanca. Enero-Diciembre. 1991.

    IAN HANCOCK. The social and linguistic development of angloromani. In: Working Papers in Sociolinguistics No. 38. SWEDL. 1977.

    MIGUEL IZARD. Orejanos, cimarrones y arrochelados. Universidad Autónoma de Barcelona, Barcelona. 1997.

    ALEXANDER JONES. American Gypsies. In: American Journal of Science and Art. No. 23. 1874.

    PERLA MIGELI. Vida y costumbres de los Gitanos de la República de Argentina. Fundación Oswaldo M. Zarina. Buenos Aires. 1991.

    MELLODE MORAES FILHO. Os Ciganos do Brasil. Río de Janeiro. 1886.

    YANKO REDZOSKO. The shipment Gypsies to the Americas. In: Roma No. 4. Vol. 6. University of Texas. July of 1982.

    MATT SALO. Gypsy ethnicity: Implications of native categories and interaction for ethnic classification. 1977.

    MARÍA HELENA SÁNCHEZ ORTEGA. Documentación selecta sobre la situación de los Gitanos españoles en el siglo XVIII. Editora Nacional. Madrid. 1972.

    RICHARDSON WRIGHT. Rumor of romanies in the Caribbean islands. In: Journal of the Gypsy Lore Society No 17. London. 1938.

    Attachments:
    #5140
    Administrator
    Superadministrador

    HISTORIA. (Introducción) Por Sándor Avraham

    Sándor Avraham ha indicado a esta redacción, de la necesidad de comunicar que estas aportaciones corresponden a un primer estudio donde se recogen sus primeros trabajos de investigación, y en los que se presenta exclusivamente una hipótesis, aconsejando como estudio definitivo su posterior publicación titulada «Mitos, hipótesis y evidencias» que se encuentra publicada en su página: http://www.imninalu.net/Rom-gitanos.htm y de la que también hicimos reseña al inicio de este foro.

    Desde Mundo Gitano queremos aprovechar para agradecer a Sándor Avraham su autorización a poder disponer de sus trabajos de investigación como colaboración al proyecto.

    Introducción:

    Desde el idioma romanés podemos deducir que los Rom han vivido por mucho tiempo en la India, como también del mismo idioma se deduciría – prescindiendo de los datos históricos que lo confirman – que han vivido mucho tiempo en los Balcanes y Europa Oriental. Sin embargo, sabemos que los Rom no son un pueblo balcánico ni eslavo. Con el mismo criterio, podemos decir también que no son indoarios.

    Examinaré sólo brevemente el aspecto lingüístico porque no es el objetivo principal de este espacio; mencionaré eventualmente algunos términos del idioma romanés que pueden ser de orígen semítica, egipcia, cananea, etc.

    Muy probablemente, el romanés podría no ser el idioma original del pueblo Rom, de hecho, es un idioma construido con el pasar del tiempo y aún no ha «madurado». Que un pueblo pueda perder el propio idioma no es un hecho improbable, al contrario, en el caso de los Rom, hay un gran número de ellos que no habla el romanés y han adoptado otros idiomas como propios. Podemos también considerar que los Judíos, por mas de 2500 años habían perdido la propia lengua (desde el exilio en Babilonia hasta el renacer del Estado de Israel). Por muchos siglos, los Israelitas han hablado como propios idiomas el arameo, el yiddish, el ladino-español, etc. El hecho que el hebreo existe hoy como idioma nacional es un caso único en la historia. Muchas otras lenguas han desaparecido definitivamente aún cuando el pueblo que las hablaba existe todavía. El egipcio antiguo ha desaparecido hace milenios; los egipcios adoptaron el kopto y también ésta es hoy sólo una lengua litúrgica. Los descendientes de los antiguos egipcios hablan el árabe, un idioma semítico, aunque ellos no son semitas.

    Por lo tanto no es inverosímil que el idioma original del pueblo Rom no sea el romanés. Como pueblo sin patria, no ha adoptado un idioma preexistente, sino que se ha construido uno recogiendo parte de las lenguas de los países donde vivieron (no sería lógico pensar que los Rom en la India supieran contar sólo hasta 5 y que hayan aprendido los demás números sólo cuando llegaron a Grecia).

    Creo por lo tanto que sea mas razonable una investigación basada no sobre el idioma sino sobre la cultura y la espiritualidad, que nos pueden revelar lazos atávicos con el orígen. En base a éstos elementos, creo que se puede pensar en un origen del pueblo Rom en el Medio Oriente, posteriormente una larga permanencia en Persia y Media, y sucesivamente una migración destinada al valle del Indo y Rajasthán.

    Podría también ser posible que ya originalmente ellos hablaran un idioma indoeuropeo, porque, como expongo en el mapa siguiente, las lenguas indoarias estaban muy difundidas en la Medialuna Fértil cuando las semíticas se hablaban sólo en un área reducida a la Mesopotamia Central, desde donde se expandieron posteriormente.

    No pretendo afirmar que los Rom sean semitas, lo que de todos modos se puede demostrar es que en sus orígenes y en los primeros siglos de su existencia como pueblo han sido embebidos en forma indeleble de una cultura semítica, y su desarrollo espiritual es semítico.

    Attachments:
Viendo 15 entradas - de la 31 a la 45 (de un total de 55)
  • Debes estar registrado para responder a este debate.
Scroll al inicio