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EL ORIGEN DEL PUEBLO ROM: REALIDAD Y LEYENDA

Por MARCEL COURTHIADE

 

En contra de lo que pretenden la mayor parte de las publicaciones existentes, los primeros rrom que llegaron a Europa recordaban bien su origen hindú. En efecto, disponemos de algunos documentos de los siglos XV y XVI1 que lo atestiguan formalmente. Más tarde, un mítico origen egipcio2, más prestigioso y más "llevadero" en la época para la integración de los recién llegados en el mundo europeo entró en competencia con el auténtico origen hindú; con el tiempo aquél incluso suplantó a éste, hacia 1760 cuando el pastor transilvano Vályi István de Szathmar/ Satu Mare redescubrió el origen hindú de los rrom, comparando, según la leyenda, el habla de los gitanos de Ráb, donde era predicador, con la lengua que hablaban tres estudiantes hindúes que conoció en Holanda. La verdad es que no Vályi István, sino un primo suyo, encontró a los hindúes en Leyden y que no la comparación de palabras, sino la interpretación equivocada del nombre del pueblo ceilanés, "singhala" en su idioma, como "tsingania", puso el sacerdote reformado en la vía de cotejar el origen de los rroms con India, reavivando el recuerdo de lo que decían ellos mismos de su origen por el pasado. En apoyo de esta comparación, venía el hecho que el mundo filológico contemporáneo era muy interesado por India, en el momento cuando se descubría el parentesco entre el sánscrito y los idiomas clásicos europeos, el latín y el griego antiguo. No es excepcional en la historia de las ciencias, que una impresión errada conduzca a conclusiones exactas. Después de este redescubrimiento, el origen hindú de los rrom ha estado oculto durante mucho tiempo, sin salir apenas de los círculos de sabios3, hasta la época de la amistad política entre la Yugoslavia de Tito y la India de Nehru, en el marco de los "Países no alineados", época en la que esta información fue ampliamente difundida.

Kannauj: ciudad de origen de los rrom

Sin embargo, se han hecho muy pocos esfuerzos para precisar el punto de origen exacto del éxodo del pueblo rrom y de las causas del mismo, hasta la aproximación propuesta muy recientemente por el profesor Eric Meyer de París, entre este evento y un texto del cronista árabe Al-‘Utbi (961-1040 aprox.). En realidad, una relación entre las razzias efectuadas en la India por el terrible Mahmud de Ghazni y el éxodo de los rrom había sido ya presentida por investigadores rrom como Rajko Djurić4 y Ian Hancock5, pero apoyándose en crónicas parciales que no mencionaban más que incursiones limitadas al noroeste de la India, sin poder precisar realmente el mecanismo de este éxodo.

A principios del siglo XI, Kannauj es la capital intelectual de la India del Norte

Por el contrario, un pasaje del "Libro de los Yamin", de Al-‘Utbi, aunque breve, es mucho más explícito, puesto que habla de una incursión que se adentra bastante más lejos hacia el Este, hasta Kannauj, a 82 Km. al sudeste de Kanpur (en inglés, Cawnpore). A principios del siglo XI, Kannauj, situado no lejos de Lakhnau (en inglés "Lucknow") y Agra, es la capital6 intelectual, cultural, espiritual y artística de la India del Norte. No sólo los brahmanes más eruditos dicen ser de Kannauj, sino que es una ciudad que alcanza cotas máximas en términos de lo que hoy llamamos democracia, tolerancia, derechos humanos, pacifismo e incluso ecumenismo. Pero en invierno de 1018-1019, un invasor venido de Ghazni, capital del Zabulistán (hoy in Afganistán), hizo una incursión en Kannauj para capturar la población, famosa por su proyección cultural y artístico, y utilizarla para satisfacer su sueño de volver su cuidad en capital del mundo. No fue su primera incursión, pero las otras se habían limitado al Punjab y al Rajastán y el sultán saqueaba sólo las riquezas materiales y matando a todos los hombres. Esta vez avanza hasta Kannauj, que cuenta entonces con 53.000 habitantes, y el 21 de diciembre 10187 captura a toda la población, "ricos y pobres, blancos y morenos", que venderá después "por familias enteras" a Ghazni (Texto de Al-‘Utbi). A continuación, Khorassan e partes de Irak8 "se encuentran llenos de esta población" (ibid. ).

¿ Qué es lo que nos empuja a acreditar el origen de los rom en esta invasión?

 Los puntos siguientes:

• la precisión "blancos y morenos" explicaría la variedad de colores de piel en los rrom de grupos diversos si, efectivamente la población de salida hubiera estado compuesta de ellos. En particular, había sin duda en Kannauj numerosos râjputs que eran alógenos de la población de base, pero elevados al nivel de los kshatrias por sus méritos, y podían constituir una parte "oscura" de la poblacion10 ;

• la captura de todas las clases sociales explica la facilidad con que los primeros rrom en Europa fueron introducidos junto a los más altos hombres de estado, reyes, emperadores, papas, etcétera... en la medida en que entre ellos había notables descendientes de Kannauj; como lo escribe François Vaux de Foletier, "la nobleza europea miraba a los Gitanos como a sus iguales, echados de su país por una catástrofe".

• esta variedad de origen social en la población deportada de Kannauj es también un factor determinante para explicar la vivacidad de la lengua rromaní hasta nuestros días, cerca de mil años después del exilio. La sociolingüística ha observado, en efecto, que cuanto más heterogénea socialmente es una población exiliada, con más robustez se transmite su lengua en el tiempo;

• la unidad del lugar de partida explicaría la gran coherencia del elemento hindú de todos los dialectos rrom, puesto que las diferencias de habla se deben ante todo al vocabulario prestado de Europa, al contacto de las nuevas realidades, notablemente costumbristas (vestidos, alimentación), administrativas y técnicas -- palabras como vacaciones, ayuntamiento, impresión, destornillador, sello, plancha, etcétera (sin hablar de la fauna y de la flora) . Este argumento elimina la hipótesis de un origen a partir de un simple "conglomerado de tribus oms (o de otros grupos, cualquiera que sean). La unidad del lugar de partida explicaría la gran coherencia del elemento antiguo hindú común a todos los dialectos rromaníes de todas las partes del mundo. En efecto, esta base asiática (es decir, toda la materia lingüística hindú, persa, armenia e, incluso, griega en parte, puesto que la mayoría del elemento griego del romanó fue integrado en Asia Menor, a partir del hecho, de que en la época en que los rom atravesaron esta región no había turcos aún, sino sólo griegos y armenios) no presenta más que una sola división dialectal, concerniente a una terminación verbal, mientras que las demás divisiones dialectales aparecieron más tarde, en suelo europeo. El origen de los rom como proveniente de una misma y única ciudad hindú, Kannauj, confirma los datos de la lingüística.

• podía haber, sin embargo, cantidades de artistas omba11 en Kannauj, como en todas las ciudades refinadas. Capital cultural y espiritual del país, la ciudad debió atraer a muchos artistas, entre los que los omba eran numerosos. Pero cuando la población de Kannauj fue diseminada por Khorassan y regiones colindantes fueron sin duda los artistas omba quienes impresionaron a los autóctonos, lo que explicaría la extensión del término omba al conjunto de los recién llegados, que seria enseguida adoptado como endónimo (al lado de sínd que significa simplemente hindú, de ahí, quizá sinto );

• el hecho de que se trate de una población urbana explicaría la rareza de la profesiones agrícolas en los rrom hasta nuestros días;

• parece que a esta invasión escapó un grupo de refugiados que se dirigió hacia Benarés, de donde salieron de nuevo para instalarse cerca de Ranci (en inglés Ranchee ). Hablan el sadri, la lengua hindú con la que tenemos mejor comprensión mutua los hablantes de rromanó ;

• ocurre que los hablantes de sadri, cuando beben en las ceremonias, derraman todavía hoy en el suelo un poco de la bebida antes de consumirla, diciendo: "Para nuestros hermanos que el viento glacial llevó lejos de nosotros, más allá de las montañas". Estos hermanos podrían bien ser los cautivos de Mahmud. En cualquier caso se impone un estudio que profundice en este grupo;

• la diosa tutelar de Kannauj era Kali, que mantiene una popularidad inmensa en los rrom. El antiguo nombre de la ciudad, Kanyakubja, significa además "virgen jorobada", apodo de una enferma devota de Krishna, a quien el dios le dio un cuerpo bello y sano porque ella le había ungido los pies con fervor; pero "virgen jorobada" también fue un epíteto de Durga, la diosa guerrera, forma particular ella misma de Kali (J. Gamonet).

• en cuanto la estancia en Khorassan, sugerida por el texto de Al-‘Utbi, ésta explicaría el importante número de vocabulario persa en romanó común, (unas 70 raíces, contra 900 indias y 220 griegas), puesto que el Khorassan es una región de lengua persa.

Apuntes de la historia de Kannauj desde la antigüedad hasta la razzia de 1017-1018

Desde la más alta antigüedad, Kannauj ha desempeñado en la historia un papel de primer plano. Ante todo, esta ciudad fue la capital de los pañcala 12 que, con los kurus, constituían hacia el año 1000 antes de nuestra era las dos principales tribus de la valle del Ganges. Su importancia decreció después hasta no ser más que una aldea hasta el siglo V de nuestra era, pero la recuperó en la época de los gupta tardíos, puesto que se convirtió en la capital de los maukhara que dominaban el norte del Ganges. Otros gupta tardíos, los puśyabuti, reinaban entonces en Sthâneśvara (hoy Thâneswar), pero el primero de ellos que conoció la celebridad fue Prabhâkaravardhana, que tuvo dos hijos: Râjavardhana y Harśavardhana. Su hija, Râjyaśrī, se caso con Grahavarman, soberano de Kannauj.

Ahora bien, a principios del siglo VII, mientras que Râjavardhana lograba una victoria tras otra contra los Hunos, su padre, Prabhâkaravardhana murió dejándole el trono de Thâneswar. Fue entonces cuando, en 606, Devagupta, rey de Mâlvâ, atacó Kannauj, y Grahavarman, murió asesinado por Śaśanka, rey de Bengala, y su esposa Râjyaśrī fue raptada13. Sus dos hermanos, Râja y Harśa se abocaron inmediatamente a un combate sin piedad para salvarla, como relata Bâa, escritor y poeta que vivió en la corte de Harśa y fue su historiógrafo. A la muerte de su marido, la joven Râjyaśrī (se había casado a los 13 o 14 años), no se sometió al sacrificio del fuego, como lo había hecho su madre Yaśomatī. Se cree incluso que a continuación desempeño un papel político nada desdeñable, ya que acompañaba a Harśa en las audiencias de éste.

Fue ese año cuando, tras la abdicación de su hermano Râja, que se hizo asceta, Harśa subió al trono de Kannauj, como le había pedido la asamblea de la ciudad. Al parecer sólo aceptó al principio ser regente (tenia entonces 16 años), pero Kannauj se convirtió en seguida en la capital de su reino. Se lanzó entonces a una serie de batallas que le aseguraron rápidamente una gran autoridad en todo el norte de la India y parece que sometió incluso a Nepal, Sind, y quizá Cachemira. En 620, sin embargo, fue derrotado por las fuerzas del Dekkan, dirigidas por el rey Śâlukya Pulakesin II, pero esta batalla, aunque perdida, frenó la progresión de este último hacia el Sur, y la visión sobre todo de los miles de guerreros muertos en ambos campos trastornó las concepciones de Harśa, que renunció a la guerra para hacer prevalecer la negociación y las alianzas. Fue también en esta época cuando empezó a consagrarse a la creación literaria (teatro, es claramente el autor de "Ratnâvalī", "Nagananda" y "Priadarśika") y a la filosofía. Convocó en Prayag en 643 un concilio, que hoy calificaríamos de ecuménica, con el fin de facilitar el diálogo y reducir los conflictos entre las religiones.

A su muerte, el trono fue acaparado por un usurpador, pero la intervención del embajador de China restauró por un tiempo el heredero legítimo, sin impedir, no obstante, el desmantelamiento del verdadero imperio que había sabido constituir, tanto mediante la guerra como la negociación. Aunque su autoridad fue indiscutible durante sus 40 años de reinado, no parece que hubiera estado tentado de centralizar su estado. La ciudad de Kannauj conoció en su época un desarrollo extraordinario que el viajero chino [Táng] Xuán Zàng describe con entusiasmo: "se extendía sobre más de seis kilómetros a lo largo del Ganges u comprendía cien monasterios budistas y doscientos templos hinduistas". De la época de Harśa no queda hoy en Kannauj más que un templo, llamado "Baba Gauri Śankar" – reconstruido por fin del siglo pasado.

Kannauj recobró cierta importancia hacia 730, cuando su soberano de entonces, Yaśovarman, sometió a Magadha y a los gauda, y atacó Bengala, pero fue derrotado por Lalitâditya, rey de Cachemira. Fue también la época en que una nueva potencia apareció en las orillas del Ganges: los gurjâra, guerreros nómadas ancestros de los râjput y cuyas principales tribus erab los paramâra, los chahumâna, los solankī y, sobre todo, los pratīhâra. Los gurjâra ya son citados por primera vez en la época de Harśa, pero no se precisa información sobre ellos hasta finales del siglo VIII. Su estado se extendía hasta el Rajastan y constituía una fuerza capaz de poner en jaque a los árabes. Hacia el año 900, el soberano de Bengala, Dharmapala, derribó del trono de Kannauj a Indrajudha y puso en su lugatr a Cakrakudha, que fue derrocado a su vez, veinte años más tarde por Nagabadha II (800-833); Kannauj se convirtió entonces en la capital de los pratīhâra.

Este pasaje no tiene ligadura directa con el éxodo de los proto-rrom, pero explica la importancia de Kannauj en la India antigua.

La razzia de Mahmud de Ghazni

El golpe fatal sufrido por la ciudad debió venir del extranjero, en la persona de Mahmud de Ghazni. El padre de Mahmud, Amir Sabuktigin, ostentaba el trono de Afganistán en 976: esclavo de origen, se había casado con la hija de Alptigin, mercenario turco al sueldo de los Samanides, que fue el fundador en 963 de la dinastía reinante en Ghazni. Hasta entonces, las intenciones de los musulmanes en la India no habían pasado apenas del Sind, gobernado por Yacub Ibn Laïs. Fue en las vísperas del año 1000 cuando la presión se acrecentó en dirección al Este, pero si Jayapâla Shâhi (Jaipâl), soberano del Punjab, resistió en 979 a Sabuktigin, la coalición tripartita de Lahore, Ajmir y Kannauj se rindió en 988 cerca de Lemgham; Jayapâla tuvo que retirarse de Kabul y Sabuktigin continuó sus ataques en el Punjab y Rajastan, pero, sobre todo, eran en las tierras afganas las que le interesaban. Sus campañas fueron continuadas por su hijo Ismaïl, derrotado en 998 por su propio hermano, el famoso Mahmud, que reinó a partir de ese año hasta 1030.

A partir de esa época se puede hablar de una verdadera influencia musulmana en el norte de la India. Es importante subrayar que Mahmud, además de Afganistán, heredó el Khorassan. A pesar de que el célebre déspota introdujo en su corte todo el refinamiento y la suntuosidad persas, propiciando las artes y las ciencias, esta munificencia no llegó a seducir a todos los espíritus preclaros de la época, puesto que Firdusi y Al Biruni se alejaron de él, y Avicena rechazó su invitación. En efecto, el imperio de Ghazni, que se extendía desde el Caspio al Punjab, se apoyaba únicamente en una política de pillaje. Los ataques dirigidos contra los estados hindúes tenían como objetivo el aporte de riquezas, no la anexión de territorios. El combate contra las divinidades paganas no era más que un pretexto para el saqueo de los templos hindúes, pero le otorgó a Mahmud una gran celebridad en el mundo musulmán. De 1001 a 1027, Mahmud lanzó 17 ataques contra la India. En 1001 desafió al ejército de Jayapâla, que debió inmolarse en una pira, dejando el trono a Anandapala, y saqueó Lahore. En 1004, sometió Multan, que sin embargo era ya musulmán, y al año siguiente, el Punjab; Soukhpala, nieto de Jayapâla, fue capturado y se convirtió al Islam.

Mahmud se decidió a doblegar definitivamente a los estados hindúes bloqueándoles el acceso a Multan. La razzia de 1008 se enfrentó a la amplia coalición de los soberanos del Punjab, de Ujjain, de Gwalior, de Kannauj, de Kalanjâr, de Delhi y de Azmir, que fue vencida sin embargo entre Undu y Pesawar. El anuncio de la muerte de Anandapâla causó un pánico sin precedente entre los guerreros; Mahmud continuó sus ataques, sobre todo en las regiones ricas y en los templos: en 1010 contra Mathura, en 1014 contra Thaneswar, en 1017-1018 contra Kannauj y en 1024 contra Somnath.

La gran campaña de 1018 le reportó 53.000 prisioneros (vendidos cada uno entre 2 y 10 dirhams), 385 elefantes y carros enteros de oro, de rubíes, de perlas y de tesoros diversos, por un valor de tres millones de dirhams, todo elle robado principalmente en los doscientos templos con que contaba la ciudad, lo que significa que las riquezas en materias preciosas alcanzaba un montante entre 6 y 28 veces superior al precio total de los 53.000 cautivos. Se puede suponer que Mahmud, tras la captura de estos prisioneros, en mayoría artistas y intelectuales, fue frustrado de constatar que no correspondían a lo que esperaba para animar su ciudad, pues que el arte de Kannauj no tenía nada en común con el arte islámico de Ghazni.

La dinastía de los Yamini (descendientes de Mahmud) se extinguió poco más de un siglo después de el.

El cronista Al' Urbi

La vida de Mahmud de Ghazni es bien conocida hoy en día gracias al Libro de los Yamini, escrito por el cronista Abu Nars Al-‘Utbi, nacido en Raiy hacia 960 y criado con su tío en Khorassan. Tras la muerte de su tío, el joven Al-‘Utbi fue secretario del comendador del ejército de Khorassan (de 988 a 993), después de Subuktigin, soberano de Ghazni, y luego de su hijo Ismaïl, a quien convencería para abdicar en favor de su hermano, el sultán Mahmud.

En 999, este último habría enviado a Al-‘Utbi en embajada al Gharshistan, donde conseguiría convencer al soberano para que reconociera la autoridad del jefe de Ghazni. En 1021 terminó su Libro de los Yamini, a la gloria de Mahmud, lo que valió una función importante en Kandj Rustaq. Una querella con el visir hizo que fuera destituido; entró entonces al servicio de Mas'ud, hijo del sultán, y ahí perdemos su pista. Murió hacia 1030. Además del Libro de los Yamini (publicado en El Cairo en 1895), escribió probablemente otros libros, todos ellos perdidos.

En 1186, Abul Sharaf de Yabardican tradujo el Libro de los Yamini del árabe al persa para mostrar al soberano cómo la crueldad, la injusticia y la corrupción conducen a los reinos a su perdición. El título de la obra en persa es Kītab i Yamini y su lenguaje es mucho más legible que las formulaciones a menudo enigmáticas del original.

Kannauj hoy

Kannauj reaparece en la historia en 1539 a causa de la victoria de Sher Shah sobre Humayun. Hoy no queda de la poderosa capital hindú más que unas ruinas lúgubres. Kannauj cuenta con unos 60.000 habitantes, pero es un pueblo apenas conocido en la India de hoy más que por su producción de perfumes (empresa Ittar), exportados en todo el mundo. De la magnífica época de Harśa no quedan más que las ruinas de un templo hinduista, el Gauri Shankar, y algunos objetos en el museo arqueológico.

Dudas y razonamientos

Está claro que el descubrimiento del libro de Al 'Utbi ha permitido que esclarecer un gran número de cuestiones, a las que la reflexión había ya aportado, sin embargo, algunos elementos de respuesta. Por ejemplo, algunos autores habían hablado de numerosas olas sucesivas de salidas de la India, pero ningún elemento objetivo vino, hasta ese día, a apoyar esta suposición. Al contrario, el hecho de que el elemento asiático de la lengua rromaní sea de una homogeneidad extrema, sin una fuerte dialectización, con una gran estabilidad de las formas, indica que toda la población en origen de los rom provenía de una misma y única región de la India, sin duda bastante restringida geográficamente. Hoy no se quedan de la poderosa capital hindú más que algunas ruinas lúgubres, sobre todo el túmulo mayor llamado "Tila" donde se ven paredes de ladrillos cocidos remontándose a la época del éxodo.

El descubrimiento del libro de Al-‘Utbi ha permitido que esclarecer un gran número de cuestiones

Por otra parte, se sabe que ya no existe hoy en la India una población específica claramente emparentada con el pueblo rrom. Los múltiples grupos nómadas bautizados en la India como gypsies no tienen ningún parentesco o relación genética con los rrom. Su denominación viene de la policía colonial inglesa que los llamó gypsies en el siglo XIX por analogía con los gitanos de Gran Bretaña y les aplicó las mismas reglamentaciones discriminatorias que a éstos.

Más tarde, los investigadores europeos, creyendo que el nomadismo es un elemento constitutivo de la identidad rromaní, se han empeñado en comparar a los rrom con esas "tribus nómadas" sin encontrar verdaderos puntos comunes, y ello por el simple hecho de haber orientado su investigación de manera errónea a causa de sus prejuicios sobre los grupos de vida móvil, mientras que hoy en día resulta verosímil que los ancestros hindúes de los rrom eran sedentarios, e incluso ciudadanos. La obstinación de los etnógrafos en buscar parientes de los rrom entre las poblaciones llamadas gypsies es sin duda una de las razones del retraso de las investigaciones en este campo.

Se sabe que ya no existe hoy en la India una población específica claramente emparentada con el pueblo rrom

Además, buscar entre los gipsy es hindúes los ancestros - o los primos - de los rrom es tan absurdo como buscar entre los taxistas de Moscú los ancestros - o los primos - de los taxistas rusos de París: en los dos casos es la emigración la que ha dictado el nuevo perfil social. Aquí de nuevo el texto de Al-‘Utbi, al hablar de una población sedentaria, permite superar las semejanzas de especie entre rrom y gypsies de la India.

En cuanto a las afirmaciones sobre la pretendida similitud entre el rromanó y esta o aquella lengua hindú (más a menudo el panjabí y el rajastaní) no son más que instrumentos de nacionalistas hablantes de esas lenguas para aumentar artificialmente la cifra de la población considerada, pues ningún dato lingüístico apoya esta pretendida similitud. Se puede formular de otra manera esta ausencia de relación específica diciendo que todos los hablantes de hindí, nepalí, panjabí, gujaratí, etcétera, están igualmente emparentados con el pueblo rromá. Una única lengua parece ser la excepción: el sadrí, hablado entre el norte de Ranchi y el sur de Bihar por una veintena de pueblos cuyos habitantes provendrían de Benarés o habrían venido antiguamente, huyendo de una región "un poco más al Norte", dicen. Sin embargo, se deben emprender investigaciones sistemáticas para verificar o invalidar la impresión de comunicación y de ínter comprensión más fácil entre los rrom y los hablantes de cualquier otra lengua hindú, pues hasta hoy no disponemos más que de testimonios bastante subjetivos aportados por vecinos de estas poblaciones y no de algún estudio serio.

Las leyendas

Está claro que a la vista de los documentos aquí expuestos concernientes al origen de los rrom, así como los escritos de Al-‘Utbi nos permiten cercarla en el contexto de diversas disciplinas de investigación, las múltiples leyendas traídas y llevadas desde el siglo XIX por relatos fundadores de etnogénesis míticas de los rrom no revisten más que un interés folclórico. Algunas son normalmente olvidadas bien pronto, como por ejemplo la del bohemio condenado a errar porque había forjado los clavos de la crucifixión. El anacronismo de una historia tal, su estructura misma, la relegan al rango de las leyendas que en realidad traducen simplemente una actitud específica de las iglesias que buscaban justificar las persecuciones contra los rrom, actitud comparable con la acusación global contra el pueblo judío de haber crucificado a Cristo, ésta igualmente para justificar las persecuciones y el antisemitismo. Fabricar clavos es un crimen menor en comparación al deicidio, pero el hecho, mencionado en varias versiones, de haberlo hecho con conocimiento de causa implica una complicidad odiosa que no merece perdón y da libre curso a todas las persecuciones.

Otra leyenda cuenta que una vieja bohemia salvó al niño Jesús escondiéndolo, en un lío de ropa cuando la masacro de los Santos Inocentes. En recompensa por esta buena acción, los bohemios tienen "el derecho de robar hasta cinco monedas al día sin que se considere un pecado", cuenta el relato, arrinconado también por su carácter ingenuo en el campo de las elucubraciones piadosas, pero - conviene subrayar - menos racistas que la leyenda de los clavos de la crucifixión.

Hay también leyendas que se remontan más lejos aún en la historia, como la de los rrom descendientes de una mujer que Adán habría conocido antes que Eva, y que habría sido la madre de Tubal-Caín, el primer herrero. O, incluso antes aún, esa leyenda que circula todavía en Hungría y según la cual Dio había creado a Adán a los dos del barro, pero que la dio la vida a aquél con un soplo y a éste con un pedo, lo que explicaría que no es nada conveniente peerse en público entre los gitanos, porque les pueda recordar su origen. En realidad, tales cuentos deshonran mucho más quien los inventa y difunde que a los que son en ellos insultados.

Hay, en fin, una leyenda, no menos fantasiosa que las precedentes, que tiene sin embargo derecho de ciudadanía, casi como hipótesis científica, en numerosos libros.

La razón es, sin duda, que la historia de Irán es menos conocida en Europa que la historia de la cristiandad. Se trata del famoso cuento de Firdusi (de que hay una versión más prosaica y más islamista en el muy piadoso Hamza de Ispahan) y según el cual, Bahram Gur hizo venir en el siglo IV a 12.000 músicos luris de casa de su suegro con el fin de distraer a su pueblo; les confió a cada uno un saco de trigo, un buey y un asno ordenándoles trabajar la tierra por la mañana y tocar música por la noche. Un año mas tarde, los luris se habían comido el trigo y el buey, y fueron arrojados a los caminos del mundo con su asno y la maldición del soberano. De nuevo, esta leyenda habla mucho más de los prejuicios de quienes la acreditan que el desarrollo histórico de los hechos.

La leyeda egipcia

O bien los primeros rom comprendieron que le eras más ventajoso pasar por egipcios desterrados por los musulmanes o condenados a errar para expiar su apostasía, o bien algunos de ellos estuvieron realmente asentados en una de las múltiples regiones del Asia Menor o de Grecia (Modón en el Peloponesio, por ejemplo), llamadas "Pequeño Egipto" en razón de su prosperidad y su verdor. Muy pronto, las adivinadoras gitanas fueron llamadas aiguptissai "egipcias", y el clero prohibió consultarles para saber la buenaventura.

Se sabe que el nombre de egipcio para designar a los gitanos no se limita a los Balcanes, sino que se encuentra también en Hungría bajo la forma de "pueblo del Faraón" y en Occidente para designar la rama atlántica del pueblo rrom (gipsy y gitano provienen ambos de egiptano ).

En los dos casos, el prestigio de Egipto y los relatos de persecuciones sufridas por los cristianos en ese país habrían alimentado un mejor fundamento a la leyenda egipcia que a la verdad hindú, y habrían favorecido la obtención de salvoconductos y cartas de recomendación de los príncipes y del Papa. Se puede hacer una comparación contemporánea entre los rom venido de Rumania a Occidente que se pretende refugiados bosnios, versión más "apropiada" que el origen real. Muchos pueblos en el curso de la historia han disimulado su identidad o han reconstruido su origen para obtener ventajas materiales o morales (compárense los mitos de los orígenes de numerosas naciones)

En realidad, la causa que ha hecho nombrar los rrom "egipcios", además de una lectura errada de un versículo bíblico (Ezequiel XXX.23), es una amalgama con una verdadera población egipcia que habría llegado en el siglo IV a Asia Menor y a los Balcanes (se habla de 300.000 soldados, pero se sabe que los textos antiguos hinchan las cifras) y que había golpeado la imaginación de los campesinos bizantinos. Cuando los primeros rrom pasaron por la misma ruta, la etiqueta fue reactivada y aplicada a los recién llegados. Además, todas las regiones un poco fértiles (no sólo Modón/Methone, sino también muchas otras) se llamaban "Pequeño Egipto", y como los rrom, por problemas de limpieza buscaban las praderas al borde de los ríos, los dos elementos se confortaron en uno al otro para consagrar esta etiqueta re egipcios.

En esas condiciones se comprende de qué manera la verdad sobre el origen de los rrom ha desaparecido de los escritos, al menos durante un siglo y medio, hasta ser redescubierta por Vályi István.

Lo importante, ahora que la salida de la India está ampliamente aclarada, es desarrollar las investigaciones sobre la continuación de esta gran migración: en particular, cuando y cómo la población de Kannauj, conducida como esclavos al Khorassan y zonas limítrofes, se reagrupó para retomar la ruta hacia el Oeste, es decir, hacia Asia Menor y los Balcanes, dos vastas regiones que formaban parte a la sazón del imperio bizantino. Como la documentación histórica en persa, armenio y árabe es mucho más amplia de lo que se puede encontrar en la India (como es sabido, la memoria y no lo escrito constituye el pilar prestigioso de la cultura hindú), debería se relativamente fácil retrazar, sobre la base de documentos auténticos, esta segunda etapa de la historia de los rrom.

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NOTAS

1. Estos documentos fueron publicados en Informaciaqo lil n° 7-9 de 1992.

2. En realidad, un pueblo de origen egipcio había llegado a los Balcanes en el siglo IV (entre 306 y 338, según un documento de los archives del Vaticano descubierto por el historiador británico Hugh Pulton). Se trataba quizá de grupos cristianos coptos ( se sabe que la persecución contra los coptos alcanzó el paroxismo en 304). Es verosímil que los evgjits (aún llamados jevgs o ashkali) son los descendientes de aquella emigración, que influyó profundamente en la imaginación de los campesinos de los Balcanes, hasta tal punto que, por analogía, tomaron a los rrom llegados también a Europa por Asia Menor, por "nuevos egipcios". La concentración de rrom en las regiones más propicias al comerció, llamadas a menudo "Pequeños Egiptos", no ha hecho más que reforzar esta confusión, pero la confusión entre esa población y los rrom tiene fuente verdadera en un versículo bíblico (Ezequiel XXX.23), mal entendido.

3. Algunos escritores lo han mencionado, sin embargo, en diversas obras literarias desde el siglo XVIII, como Ion Budai-Deleanu en su Ţiganiada.

4. Rajko Djurić, Romi u Evroposkoj Književosti Beograd, 1996 (p. 9)

5. Ian Hancock, Siobhan Dowd y Rajko Djurić, The roads of the Roma Hatfield, 1998, (p. 15-16)

6. Kannauj alcanzó el apogeo de su esplendor bajo el reino de Harśa, en el siglo VII, pero el historiador Ian Kieniewicz escribe que, incluso tras su muerte en 647, "la prosperidad económica y el desarrollo cultural no abandonaron esta ciudad, haciendo de ella la capital intelectual y espiritual oficiosa de la India del Norte" (Historia Indii p. 218)

7. El 8 de Shaban de 409 de la Hégira

8. Así como una región llamada Máwarráu-n Nahr, es decir la Transoxiana.

9. Antes de la conversión de Harśa a la non-violencia en 620, Kannauj había sido una potencia guerrera que como tal, había reclutado batallones de rajputs, terribles guerreros descendientes, como recuerda Eric Meyer, "de una parte de invasores de Asia central llegados con los Hunos en el siglo VI, y por otra parte de pueblos aborígenes de las zonas forestales de los márgenes del llano del Ganges".

10. Es importante destacar que la expresión de piel "negra" dada por los Europeos a los rrom desde sus primeros contactos es algo que dice más de la mentalidad de los sedentarios que de la realidad objetiva: está claro que, entre los recién llegados, son los "negros", los "visibles" los que chocan a las poblaciones. Los rrom de Polonia distinguen entre "rrom negros" y "rrom blancos" bajo un criterio de pertenencia a uno u otro grupo (de los llanos o de la montaña), pero en realidad no hay diferencia visible en el color de la piel.

11. Los ombas no eran en absoluto individuos "despreciables". Tenemos, en efecto, textos como la Râjataranginī, del brahmana Kalhana, que habla de amistad de un príncipe de Cachemira y de un grupo de domba, lo que lleva a confiar altas funciones administrativas a su familia (River of Kings, trad. inglesa de Ranjit Sitaram Pandit, Nueva Delhi, Sahitya Academy, 1935)

12. Los sabios Aruni y Śvetaketu contribuyeron a la reputación de los pañcala.

13. Aparentemente por Śaśanka, pero los relatos son oscuros en este punto. Quienquiera que fuese, se sabe que asesinó à Rajja, el hermano de Harśa, en un banquete de "reconciliación".

Marcel Courthiade es el jefe de la Comisión Lingüística de la Unión Rromaní internacional y profesor de la Sección de Estudios de Romanó en la INALCO (Universidad de París).

Seminario de Guatemala-City VIII-2002