América

El fuego en la voz

Hoy, en Chacras de Coria, el baile y el cante gitano suben al escenario de la mano de Sol Roldán. Es mendocina, pero desde hace 7 años agita los tablaos porteños con gran repercusión. También actuará Simpecao.

 

   Sol Roldán nació y se crió en Mendoza, y ha hecho una interesante carrera en Buenos Aires. Vuelve a su provincia para mostrar su talento

 
Por: Patricia Slukich - Los Andes - 14/03/2009

La chica nos conoce, porque es nacida y criada en Mendoza. Pero desde hace siete años agita los tablaos porteños con sus pies entrenados en los palos flamencos. “Chusmeé la onda en Buenos Aires y flasheé en colores -dice, sintética-. Me dije: en seis meses me voy y allí me quedé”.
 
Es Sol Roldán que ahora viene de visita, cada tanto, para derramar la experiencia adquirida sobre el escenario. Pero la pasión por el género para Sol no se detuvo en el cuerpo, sino que continuó por la voz: hace dos años sumó el cante a sus rutinas artísticas. Ahora está transitando una ascendente cuesta dentro de la movida flamenca porteña y planea instalarse, más cómoda, en los territorios fogosos de la voz.

El derrotero de búsqueda en su nueva patria la colocó muy rápido en los sitios indicados: “Desde hace tres años estoy trabajando profesionalmente, tomando clases y dando clases. Pero desde que llegué pertenezco al Ballet del Centro Andaluz de Buenos Aires. Con ellos hicimos un viaje por toda Andalucía: Sevilla, Granada, Córdoba, Málaga, Marbella... En Buenos Aires trabajamos fuerte para promover la cultura andaluza”, cuenta.

En cuestiones de aprendizaje, la mendocina no se privó de nada: tuvo su formación en la mítica “Amor de Dios”, que es el corazón del arte gitano en el mundo. “A bailar empecé acá -se refiere a Mendoza- a los tres años. Y continué en Buenos Aires con gente como Alicia Fiuri, Anabella y Claudio Arias” (de hecho, con él es que vino el año pasado, también a Cacano).

Su inclinación hacia el cante le ha valido a Sol la posibilidad de insertarse con más holgura en el ambiente nacional. Es que son pocas las mujeres que pueden rasgar la voz al ritmo de las palmas.

“Un amigo de Buenos Aires, que vive en Barcelona, me animó a empezar. Él toca la guitarra y empezamos”. De allí en más la artista emprendió su formación con gitanos que, obviamente, saben de cante como nadie: David Amaya (hijo de la histórica Tati), y Pipi Manzano; entre otros.

-¿Es frecuente, en Buenos Aires, encontrar cantaoras?

-Por ser mujer me ha costado muchísimo el cante, sobre todo en el mundo gitano; porque es una cultura netamente machista. No es habitual que haya mujeres cantaoras. La referente allá es Argentina Cádiz, con quien espero tomar clases. Pero bailando me siento mucho más expuesta que cantando; es que la exposición del bailarín es tremenda: es el que lleva adelante el código. Por eso, y porque me gusta, hago cante.

En Buenos Aires, y dentro de la movida flamenca, Sol se siente como pez en el agua: ha armado espectáculos con distintos guitarristas y bailaores, para dar cuenta de una nutrida agenda de presentaciones (entre ellos, Marcos Dech, Claudio Arias, Nicolás del Cid o Marilia).

Este año se vienen las giras, bien gitanas.

Garra balcánica y otras fusiones

El espectáculo que esta noche se presentará en Cacano está pensado para que el flamenco se potencie de fusiones. Es que primero subirán al escenario quienes vienen de Buenos Aires: Sol Roldán (cante), el guitarrista Diego Bermúdez y Marcelo Borello (acordeón). A ellos se sumará el mendocino Matías Gorordo para aportar la percusión y el derbake.

Ellos traen consigo un show centrado en la fusión. Es que el cante flamenco estará teñido por los sonidos de la música balcánica, emparentada con la cultura gitana.

Luego de esta presentación subirán los integrantes de Simpecao (María Soledad Contreras, Daniel Moreno, Santiago Cervera, Federico Alma y Gabriela Magni) a cerrar la noche con los temas de su último disco “Con aire al sur del mundo” (ya habían estado en noviembre de 2008 en Cacano, con un concierto en homenaje al compañero fallecido Alejandro Badawi), en el que la rumba flamenca convive con los toques exóticos del oriente; y, claro, otras canciones que ya son clásicas de su repertorio.

 Fuente: Los Andes on line

 

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