Europa

El fantasma racista vuelve a Hungría
 
Los recientes asesinatos de gitanos y el avance político de la fascista Guardia Húngara encienden todas las alarmas sobre el regreso de la xenofobia al país

 

 El primer ministro húngaro, tras la reunión informal de la UE delpasado domingo para hablar de la situación en el Este de Europa.

 
Por: Marcelo Nagy / Budapest15/03/2009
 
La escalada del odio en Hungría hacia los gitanos es preocupante y el sistema legal no basta para frenar las cada vez más frecuentes muestras de racismo que causaron recientemente la muerte a siete personas de etnia romaní.

Ésa es la conclusión de cinco organizaciones no gubernamentales, entre ellas la Unión para las Libertades Civiles (TASZ), cuyo representante, Balázs Dénes dijo que lo que sucede en el país es un verdadero pogromo contra los gitanos. En un año las autoridades húngaras han registrado más de 50 actos violentos contra la población romaní, que causaron la muerte de siete personas, según datos de la TASZ.

El último caso fue en febrero en la aldea de Tatárszentgyörgy, escenario del asesinato de un gitano y de su hijo de cinco años, que fue otro eslabón en la cadena de violencia desatada contra esta etnia.

Dénes subrayó que en esta situación es de suma importancia que el presidente de la República, Laszlo Solyom, dé un paso simbólico, como su participación en el entierro de las víctimas. La Policía, después de días de investigaciones, ha admitido que "los ataques mortales contra gitanos están relacionados entre sí" y que posiblemente se trate de un mismo círculo de criminales.

György Ligeti, experto de la Fundación Kurt Lewin-Por la Tolerancia, explicó que la experiencia general es que en periodos de depresión económica la mayoría tiende a culpar a las minorías de los problemas que vive el país.

Agregó que debido a que muchos gitanos viven en la miseria, ha aumentado la posibilidad de que algunos se conviertan en "delincuentes de supervivencia". Esto irrita a la mayoría, que atraviesa también por problemas existenciales, y que en muchos casos tacha a todos los romaníes de delincuentes.

Los partidos y organizaciones de extrema derecha, que forman "una muy pequeña minoría, pero muy visible", son capaces de aprovecharse de esta situación, cuando hablan del "crimen gitano", tal como lo hace el partido Jobbik o la Guardia Húngara.

La situación es tan grave que esta semana la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) del Consejo de Europa y la secretaría de Exteriores estadounidense han criticado a Hungría por el aumento del racismo en el discurso público. El comisario europeo de Empleo y Asuntos Sociales, Vladimir Spidla, recalcó que en Hungría y otros países miembros de la UE "los gitanos se han convertido en el blanco de ataques racistas". En Hungría, que cuenta con 10 millones de habitantes, viven, según algunos cálculos, unos 600.000 gitanos, cuya integración es una tarea pendiente desde la caída del Telón de Acero, en 1989. "Los partidos se aprovechan de la situación antes de las elecciones, sólo para aumentar el número de votos", aseguró Ligeti.

Por su parte, Aniko Bernat, socióloga del Instituto Tárki, opinó que se trata de un largo proceso de 20 años, ya que los gobiernos de la transición política "no fueron capaces de abordar el tema con la profundidad necesaria".

El desempleo y la miseria son problemas que caracterizan la situación social de una gran mayoría de la población gitana en Hungría, hasta el punto de que ahora crece "una segunda generación romaní que no vio trabajar a sus padres", añadió Bernát. A su vez, el Defensor del Pueblo para las minorías, Ernö Kállai, en un discurso ante el Parlamento instó a "un plan de paz étnico" y responsabilizó a la elite política de las tensas relaciones entre los diferentes grupos sociales. "Se derrumbaron los frenos morales y se absuelven a los que convierten a los gitanos en un chivo expiatorio", recalcó.

Las últimas encuestas publicadas por la revista HVG muestran que el apoyo al partido radical-nacionalista de derecha, Jobbik, que moviliza con su discurso de odio a algunos sectores de la población, ya alcanza, por primera vez, el límite mínimo del 5% para poder entrar en el Parlamento.

Angela Kocze, experta del Centro Europeo por los Derechos de los Gitanos, con sede en Budapest, explicó que la aparición de la Guardia Húngara, una formación inspirada en el movimiento fascista magiar, "sirve de instrumento de legitimación" para muchos que hasta ahora no se expresaban contra los gitanos. "En la guardería de Szikszo (al este del país), donde tenemos un proyecto, las maestras imponen el orden entre los niños gitanos amenazándoles con la Guardia Húngara", resaltó la investigadora.

Pese a que Kocze opina que la situación actual "es dramática y puede tener consecuencias impredecibles", subraya que esta crisis social podría crear las condiciones para "repensar las estructuras y la convivencia de gitanos y húngaros".
 
 

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