España

Avilés pasa la página del chabolismo

El plan integral desplegado hace 25 años para acabar con la infravivienda supuso el realojo de medio millar de personas y ahora se centra en atender casos esporádicos

Una familia gitana en su día alojada de forma provisional en la ciudad promocional construida en Valliniello. RICARDO SOLÍS

Por: Myriam Mancisidor - Avilés - 12/06/2014

Más de 570 gitanos -121 familias- supieron hace ahora exactamente un cuarto de siglo de su derecho a ser realojados en casas dignas. Vivían en ínfimas condiciones de higiene y salubridad, con graves dificultades de acceso a la vivienda, la educación, la sanidad o el empleo. Algunas familias que debían abandonar las chabolas que habitaban sintieron entonces temor: "¿Nos acostumbraremos a vivir en un piso?", le preguntaban entonces al responsable en Asturias de la Fundación Secretariado Gitano (FSG), Víctor García Ordás. Aquellos gitanos y otros tantos beneficiarios son ahora vecinos del Nodo, La Magdalena, La Luz, El Quirinal, Versalles o El Pozón. "El trabajo ha sido arduo y positivo, pero aún nos quedan cosas por hacer", sentencia la concejala de Bienestar Social, Yolanda Alonso.

Aunque se cumplen las bodas de plata del primer plan impulsado en Avilés para la eliminación del chabolismo, Alonso no está dispuesta a dar por puesto el punto final: "Nuestro principal logro ha sido conseguir la escolarización de los gitanos. Pero hay algunas familias conflictivas que parten de una situación rodeada de muchas dificultades y con ellas todavía debemos trabajar". En el barrio de La Luz, por ejemplo, la convivencia se ha visto truncada recientemente por la llegada de una familia problemática, aunque su caso no es extrapolable, por fortuna, a otras zonas de la ciudad.

El responsable de la FSG es de la misma opinión: "Conocí a muchas familias que vivían en chabolas y que poco a poco fueron normalizando sus vidas a nivel de escolarización, cuidados personales o convivencia". A su juicio, el reto que se plantea en estos momentos pasa por acabar con las infraviviendas en los barrios de La Cabián y Retumés. "También estamos viendo que hay familias que viven hacinadas en algunos hogares y debemos trabajar en la normalización y la socialización haciendo hincapié en el acompañamiento educativo para evitar los pocos problemas de convivencia que se pueden dar en ciertos barrios", precisa Ordás, que considera la ciudad "un referente para la Unión Europea" en cuanto a cómo se debe trabajar con la población gitana.

Razón no le falta. Avilés es considerado desde 2002 un referente de "Buenas prácticas" por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). "El trabajo en Avilés debería servir de ejemplo en otras localidades asturianas donde todavía existe poblados chabolistas", subraya.

El éxito del plan de erradicación del chabolismo en Avilés que se gestó allá por 1989 fue debido, según coinciden Alonso y Ordás, a la participación de la comunidad gitana en todo el proceso así como al papel relevante de las asociaciones de vecinos y sindicatos. "También hay que destacar que en este proceso los políticos estuvieron unidos", precisa el responsable de Secretariado Gitano, que considera las bodas de plata de dicho plan un buen momento para desterrar un mito: "No por ser gitano se tiene derecho a una vivienda, existen requisitos que los miembros de este colectivo deben cumplir como cualquier otra persona".

De lo que sí se beneficiaron los gitanos -al igual que otros colectivos vulnerables- es de las políticas de compensación positiva con el fin de reducir la brecha de la desigualdad. En este sentido, Yolanda Alonso asegura que los gitanos pagan sus alquileres "como cualquier otra persona". Y pone un ejemplo: "Hay personas, gitanas y no gitanas, que se forman en la escuela de selvicultura y que, posteriormente, acceden a un contrato a través de la empresa Vedelar. Esas personas trabajan limpiando jardines y deben cumplir unos horarios como hacemos los demás. Además de trabajar de esta forma, también normalizamos la percepción que ellos tienen del entorno".

La comunidad gitana se asentó allá por los sesenta del pasado siglo en espacios periféricos y degradados de Avilés, surgiendo los poblados chabolistas al tiempo que crecían populosos barrios al calor de Ensidesa. Los principales asentamientos estaban en Villalegre-La Luz, Fuente Santos, Divina Pastora (población de procedencia portuguesa), El Reblinco, Supercash, Panavisa y El Gaxín, donde llegaron a residir, en total, 578 personas. Jugó entonces un papel destacado la Constructora Benéfica San Martín, desde el año 2001 constituida como fundación, aunque con los mismos fines: facilitar una vivienda digna a quien no dispone de medios para adquirirla.

Fuente: La Nueva España

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