“Soy gitana gitana, de las de ir con el carro por los pueblos”
La bailaora ‘descalza’ La Chunga expone sus obra naïf en Ármaga
Micaela Flores ‘La Chunga’, en la galería leonesa Ármaga, donde expone sus obras naïf. MAURICIO PEÑA
Por: F. Fernández – León – 13/09/2009
Es un personaje singular. Una de las bailaoras más carismáticas y conocidas de este país, famosa por bailar descalza. “Soy gitana pura, muy gitana”, explica ella misma, y espontánea y fresca.Todo el mundo la conoce por ‘La Chunga’ aunque tiene nombre, al que ni ella misma responde: “Me llamo Micaela Flores, pero si me llamas Micaela no me entero, siempre he sido La Chunga”.
– Y ¿de dónde viene el nombre?
– De una cosa muy fea, muy negra y muy pequeñilla, ¿ya lo entendiste?
Imagino que sí.
Ella no dice nada pero entre quienes avalaron su pintura está un padrino del que pocos pueden presumir, Pablo Picasso. “Le conocí siendo una niña y él fue quien me explicó que lo que yo pintaba era ‘naif’. Para mi la pintura también era una manifestación de sentimientos, como el baile, pues para bailar hay que tener sentimiento. Se pueden poseer unas grandes condiciones, pero, por encima de todo, hay que saber transmitir”.
La gitanilla jamás oculta ni su raza ni su pasado. “Éramos gitanos de los pobres, de los que íbamos por los pueblos con los carros pidiendo y, de vez en cuando, entrábamos a algún huerto que no era nuestro para coger unas patatas o unas judías, pero jamás llevábamos más que para hacer un pote. La gente de antes de los pueblos tenían buen corazón y siempre nos ayudaban, no como pasa ahora que cada uno va a lo suyo y no le importan los demás”.
Y de aquellos tiempos, de la fidelidad a su pasado, nació la costumbre de bailar descalza. “Me quería acordar de mi infancia en un barrio de chabolas en Barcelona, cuando no teníamos perras para zapatillas. Recuerdo cómo bajábamos desde las chabolas, cómo me cantaba mi prima y yo bailaba para ganarnos unas pesetas en la calle”.
El largo anecdotario de su dilatada vida arranca en el mismo momento de su nacimiento, pues no sabe exactamente su edad y no es que la oculte. “Yo le preguntaba a mi padre que cuándo había nacido y él siempre me decía que ‘por la vendimia’, pero no sabía de que año. Es asín queno se ni el año, ni el mes, y el día creo que fue el 5, lo único que se con seguridad es que nací en Francia, en Marsella, donde mi padre había ido de emigrante a buscarse la vida”.
Es La Chunga, un ser diferente, una bailaora que también pinta pues todo es lo mismo, sentimientos. Una mujer sincera y agradecida, que regresa a su galería en León, Ármaga, “donde vendré siempre que me llamen porque sus dueñas son gente extraordinaria y porque la gente de León me ha tratado siempre de una forma magnífica”.
Fuente: La Crónica.es
Mundo Gitano – Gypsy World