PONTEVEDRA: Prenden fuego a la caravana de una familia gitana

Los gitanos acusan a los vecinos de Trabanca de prender fuego a la caravana

La familia perdió el remolque y hace unos días, dos vehículos que utilizaban para ir por las ferias

Días antes de arder la caravana se quemó una furgoneta
y un furgón propiedad de la misma familia / MÓNICA IRAGO

Por: Susana Luaña – Pontevedra -04/09/2009

Incertidumbres y sospechas se mezclan con las cenizas del incendio de la noche del martes en Trabanca Badiña. Los residentes en el poblado gitano tienen muy claro que el fuego que devoró la caravana de una de las familias que residen en el lugar fue provocado. Y con esa misma rotundidad lo aseguran también las víctimas del suceso. Juan Carlos Raúl y uno de sus hermanos observaban en la mañana de ayer los restos chamuscados del remolque en el que habitualmente dormía el primero, que lo tenía claro: «Yo creo que son los vecinos que nos quieren hacer daño, porque ya hace unos días que pasó lo mismo y nos quemaron una furgoneta y un furgón que era de una tía mía».

Pero a la hora de fundamentar semejante afirmación no aportan argumentos, quizás porque no se atreven a señalar a nadie o porque detrás de esa sospecha no se esconden más que siglos de difícil convivencia entre payos y gitanos. Porque a la pregunta de si tenían algún problema con los vecinos de Trabanca Badiña, aseguran que no, que la convivencia siempre fue buena. «Nosotros vivimos de siempre aquí -asegura Juan Carlos-; ya vivía mi abuela, y nunca hemos tenido problemas con nadie. No sabemos quién lo hizo ni por qué, pero creemos que fueron los vecinos».

De hecho, los hermanos son mucho más claros a la hora de negar, de forma rotunda, que sea un problema interno entre los gitanos. «No, eso no, no es nadie del poblado».

Los vecinos dicen que el fuego fue provocado, y que la semana pasada
ya hubo otro suceso similar / Martina Miser

Lo cierto es que las tensiones entre los vecinos y los residentes en el poblado vienen de muy atrás. Los payos denuncieron en más de una ocasión las condiciones de vida de los gitanos y la suciedad que hay en la zona, además de culpar al colectivo de algunos problemas de delincuencia en las inmediaciones. Aunque en ocasiones pidieron que se erradicara el poblado, lo cierto es que la mayoría de los residentes son dueños de los terrenos, y fueron los propios payos los que se los vendieron.

Una familia de feriantes

Las víctimas del incendio de la caravana son una familia de feriantes formada por el padre, la madre y seis hijos. Juan Carlos es el dueño de la caravana, y solía dormir en ella. «Lo tenía todo ahí dentro, y lo perdí», se lamentaba ayer. No es que se quede sin techo, porque en el mismo terreno hay otro remolque y también puede dormir en la casa de sus padres, pero lo que más le duele es que no va a recuperar lo perdido, y como ya se sabe, los gitanos no suelen contratar seguros que avalen este tipo de sucesos.

Cuando tuvo lugar el incendio, a las diez de la noche del martes, la familia no se encontraba en el poblado, ya que todavía andaba por las ferias a las que llevan sus tómbolas y atracciones infantiles. Pero con la llegada de septiembre y el incendio, decidieron ya volver al poblado, donde pasan el invierno. «Esos meses tiramos de la chatarra, pero no da para vivir».

El hecho de que se encontraran fuera favoreció que no hubiese que lamentar desgracias personales en el incendio. Las pérdidas económicas sí son importantes, sobre todo teniendo en cuenta que la familia perdió los vehículos en los que transportaban el material de las ferias. Por eso llamaba la atención la resignación con la que ayer asimilaban lo ocurrido. «A ver cómo hacemos para el próximo año», se preguntaba Juan Carlos.

Fuente: La voz de Galicia.es

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