España

«Soy feo, pero si fuera guapo habría sido tremendo»

«La paternidad debe de ser maravillosa, cuando me llegue la sentiré y seguro que será increíble», dice el artista, de gira con su show 'Calé'
 
 
«Soy el reflejo de una vida sana», dice Joaquín Cortés. Arriba, con su novia Carla Pereyra.(Ignacio Gil)
 
Por: ARANTZA FURUNDARENA 15/03/2009
 
Acaba de cumplir 40. «¿Y cómo me ves?», me pregunta, después de recordarme (tiene muy buena memoria) que le hice una entrevista cuando empezaba y otra, al cumplir los 30. «Le veo muy bien, no los aparenta», le digo con sinceridad. «Y eso que ahora llevo barba -puntualiza-. Cuando me la quito, me echan veintitantos. Te lo juro. Es que llevar una vida sana se nota. Yo beber, no bebo. Fumar nunca me ha interesado. Y las drogas... ¿Qué te voy a contar? Si no las probé en los ochenta, no voy a hacerlo a estas alturas... De verdad, soy el reflejo de una vida sana».
 
Él es, ante todo, Joaquín Cortés, el artista con más capacidad de autobombo de la historia del flamenco, después de la difunta Lola Flores. Pero en honor a la verdad, Cortés tiene de qué presumir. No miente cuando proclama a boca llena que su nombre es una marca que triunfa en el mundo, que él ha sido pionero del mestizaje flamenco, que ha abierto puertas, ha roto fronteras... Ahora, recuperado del bache emocional en el que le sumió la muerte de su madre, vuelve como un huracán con una superproducción denominada 'Calé', que recopila sus veinte años de trayectoria artística. El jueves se estrenó en Barcelona. Luego se representará en Madrid y de ahí a Nueva York, al mundo... Arropado por su jovencísima novia, la modelo argentina Carla Pereyra, el bailarín parece pletórico, feliz, y aún más encantado de conocerse que nunca. Sólo le corta el 'nirvana' que le hablen de su presunta paternidad... Se le cambia la cara. Por ahí no pasa.
 
-Así que el verdadero estreno de 'Calé' será en Nueva York.
 
-El estreno mundial, sí. Será en Nueva York el 14 de mayo.
 
-¿Y lo de Barcelona y Madrid son una especie de ensayos?
 
-Son como 'previews'. Uno estrena en Nueva York cuando es un artista global. Y yo, para qué nos vamos a engañar, estoy mucho más reconocido fuera que dentro a nivel mediático. Han pasado veinte años y sigue siendo así.
 
-¿Y por qué será?
 
-No sé, pero la evolución de mi carrera sigue estando ahí. Llevo veintiocho años bailando y veinte años como productor y creativo de mis historias, con las que he dado la vuelta al mundo. Tú te vienes conmigo a una rueda de prensa en Nueva York y hay 300 medios de comunicación. En España aparecen 40 y parece que hay que darles las gracias por haber venido. Pero reconozco que en España siempre he tenido mi público fiel, porque al fin y al cabo soy un pionero. Lo que yo creé es lo que está hoy de moda. Yo fui un visionario hace veinte años.
 
-Y otros que han venido después, como Antonio Canales, le critican.
 
-Pero yo no voy a hablar de mis compañeros. Soy muy elegante para eso. Cada quien sabe quién es. Yo tengo mi mercado mundial, he abierto las fronteras a todos los compañeros y a nuevas generaciones, y eso está demostrado. Igual que he conseguido unos hitos para la cultura española, porque he sido el primero en la historia en bailar en la Casa Blanca, Hollywood, los Oscar, los Grammy... Me siento orgulloso porque he sido el pionero de la fusión. Y los puristas que me criticaban hace veinte años, ahora están haciendo lo mismo que hacía yo entonces.
 
-¿Qué cuenta en 'Calé'?
 
-Calé significa gitanos, en plural. Y se llama así por la vida errante que llevamos. Yo soy gitano cien por cien y me siento un nómada del siglo XXI, que volamos en avión, no vamos en carromato. Somos una familia numerosa de más de 40 personas, en la que hay de todo: gitanos, rusos, cubanos... Pero nos consideramos gitanos porque somos errantes, vamos por el mundo. La obra es una retrospectiva de mis veinte años de carrera como creativo. He robado la esencia de los seis montajes que he creado en ese tiempo: 'Cibayí', 'Pasión Gitana', 'Soul', 'Mi soledad'...
 
Rebelde con causa
 
-¿Cómo era usted hace veinte años?
 
-Me sorprende las cosas que se me ocurrían ya entonces. Hace veinte años era un caballo desbocado. Era un rebelde con causa, un revolucionario. Porque cuando aparecí yo en escena... Ha habido un antes y un después de Joaquín Cortés, en lo que es la danza española y el flamenco. Fue una revolución en todos los conceptos: escenográfico, visual, iluminación, diseño de vestuario... Hace veinte años se me criticaba a mí porque me vestía Giorgio Armani y hoy todas las compañías de baile están deseando que las vistan los diseñadores.
 
-Hace años, en otra entrevista, me dijo que pensaba retirarse a los 33. Y se le veía muy convencido.
 
-Se lo dije porque estaba pasando por un momento muy estresante, tras cuatro años de gira mundial de 'Pasión Gitana'. Llega un momento en el que uno se quema. Era montarme en un avión continuamente y viajar a los cinco continentes, que se dice pronto. Y que muy pocos españoles pueden decir que han ido a los cinco continentes con su historia, propia y personal. Estaba tan estresado que me dio por pensar: «Dos o tres años más y me retiro». Y eso sumaba los 33, que aún no tenía. Pero me dosifiqué, me recuperé, y me di cuenta de que no podía retirarme en el mejor momento de mi vida. Todo el mundo me decía que el público estaba disfrutando más que nunca de mi arte. Y así era. De hecho, ahora han pasado siete años, tengo 40 recién cumplidos y estoy en un momento pletórico a nivel creativo y en todos los sentidos.
 
-Y decidió seguir.
 
-No me retiré porque le voy a contar... Y ahí es donde se reconoce a los verdaderos artistas. ¿Sabe lo que me pasaba? Yo iba a ver el espectáculo de otra persona y mis piernas empezaban a temblar, como si me diera un Parkinson. Ellas me decían: 'Tú tienes que estar ahí, en el escenario, no aquí'. Recuerdo que monté una producción en Londres en la que yo no actuaba. Y cuando llegó el estreno, sentado en la butaca lo pasé fatal. Era, no exagero, un Parkinson en las rodillas increíble. Me temblaba todo el cuerpo. El cuerpo me pedía bailar. Y eso me chocó tanto...
 
-¿Fue al médico?
 
-No, porque ya sabía lo que era. Y seguí bailando.
 
-¿Teme la crisis de los cuarenta?
 
-No. No me da tiempo ni a pensar en ella; no la veo por ningún lado. Tengo tanto lío... Y como persona, física y psíquicamente me encuentro muy bien.
 
-Pero creo que lo pasó muy mal el año pasado.
 
-Fue un año muy duro, sí. Pero la vida sigue...
 
-Fue por la muerte de su madre, ¿no?
 
-No me gusta hablar de ello porque aún me duele. Pero sí, fue por eso.
 
-¿Qué herencia ha recibido de ella?
 
-Mucha, mucha... El orgullo, esa fuerza interior, que me ha ayudado tanto. De hecho, en 'Calé' hay un pequeño homenaje que yo le hago... (el bailarín pide a sus técnicos que pongan la imagen de su madre en el escenario. En escena aparece proyectada una foto antigua de la madre de Joaquín Cortés). Ella era la luz de mis ojos. Le he dedicado este espectáculo y toda mi carrera. Tristemente ya no la tengo...
 
-Le encuentro parecido a su madre.
 
-¿Qué dice? Ella era guapísima, un bellezón. Y yo soy muy feo. Sí, sí, yo soy feo. Siempre me he considerado el patito feo. Y no es broma, ¿eh? No es para que tú me digas: 'Qué va, qué va, si no eres feo...' No. Le doy gracias a Dios de cómo soy, no me cambio. Sé lo que hay: normalito... Si yo me hubiera parecido a esa mujer, que era una belleza, hubiera sido, figúrese...
 
-Inaguantable, ¿no? Lo digo por la fama de ególatra que arrastra.
 
-Pero no lo soy, y la gente que me conoce de verdad lo sabe. Mi lucha siempre ha sido dar una mejor calidad de vida a mi familia y que vivieran como reyes. Mi madre para mí siempre fue una reina.
 
Adicto al amor
 
-¿Cuándo va a tener su propia familia?
 
-Algún día llegará. Es complicado porque no paro. Pero algún día formaré mi familia y lo sabrá toda España y todo el mundo. Es algo que no voy a ocultar. Entiendo que las personas quieran saber estas cosas.
 
-Toda España quiere saber si es el padre...
 
-No, no, no... No quiero hablar de eso y le pido por favor que evite esas preguntas.
 
-¿Cómo hace para espantar los demonios en horas bajas?
 
-Aparte de bailar, que me ayuda muchísimo y me oxigena, la verdad es que soy una persona tan positiva en la vida... Y además yo en los momentos difíciles me crezco.
 
-Con las mujeres tiene fama de conquistador.
 
-¿Yo? Lo que sí he conseguido es conquistar el mundo, hacer que mi nombre sea una marca reconocida y haber llevado la cultura española por todas partes.
 
-Creo que es adicto a enamorarse.
 
-Todos somos adictos al amor. ¿Quién concibe una vida sin amor? Es fundamental para estar vivo, para sentir... Yo amo mi profesión, a mi familia, a mi gente, a mis amigos que son como si fueran mis hermanos. Y son muy pocos. Habrá gente que diga que tiene muchos amigos, pero eso no me lo creo. Los amigos de verdad siempre pueden contarse con los dedos de una mano. Esos que aunque estén en la otra punta del mundo, cuando tienes un problema cogen un avión y aunque tengan que volar treinta horas se plantan en Nueva Zelanda para ayudarte
 
Fuente: ideal.es
 

Mundo Gitano – Gypsy World